sábado, 27 de febrero de 2016

¿Limita la deuda exterior china los efectos beneficiosos de la depreciación nominal del yuan?


Los modelos teóricos y un número elevado de trabajos empíricos muestran que la devaluación (o la depreciación nominal) de la moneda nacional puede ser un instrumento muy útil para estimular el crecimiento económico vía la mejora del saldo exterior.

No obstante, una de las variables macroeconómicas que pueden limitar la influencia positiva de la pérdida de valor de la moneda nacional es el volumen de deuda externa acumulada en moneda extranjera por el país. El problema es que una fuerte devaluación (o una importante depreciación nominal) aumenta la cantidad de la deuda externa en términos de moneda nacional, lo que podría llevar a un número importante de empresas domésticas fuertemente endeudadas con el exterior al impago de la deuda, o incluso a la quiebra. También aumentaría el valor de la deuda pública en manos de extranjeros y el stock de deuda pública total en proporción al PIB y, en última instancia, pondría en peligro la sostenibilidad de las finanzas públicas. En todo caso, esta es una restricción que afecta fundamentalmente a los países emergentes - con un mayor porcentaje de deuda externa en términos de moneda extranjera sobre el total de su deuda externa - que a los países avanzados.

En el gráfico adjunto se presenta la deuda externa total o la deuda externa en moneda extranjera (en billones de dólares americanos y en % sobre el PIB) de algunos países emergentes a finales del segundo trimestre de 2015.

Fuente: César Maasry, "The $ 5 billones de Emisión," Top of Mind , Goldman Sachs, 9 de febrero de 2016

Centrándonos en el caso de China, no parece que la deuda externa acumulada en moneda extranjera sea un amortiguador del crecimiento económico ante una devaluación (o una depreciación nominal ) del yuan. Con más detalle, la deuda externa en moneda extranjera (60% de la deuda externa total) tan sólo representaba un montante de 1,28 billones de dólares (un 12% del PIB).

martes, 2 de febrero de 2016

Comportamiento de los principales índices de los mercados bursátiles de los países avanzados y emergentes, 2000-2016


Desde comienzos de 2016 asistimos a una caída generalizada de las bolsas mundiales. Las principales causas de este comportamiento negativo se centran principalmente en la debilidad de la economía y China y de otros países emergentes (especialmente Brasil), el hundimiento significativo de los precios del petróleo (y en menor medida de otras materias primas), y las dudas de los inversores sobre si el débil crecimiento económico se mantendrá en EE.UU. y en Europa.

En el primer gráfico (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande) se presenta la variación porcentual de los principales índices bursátiles de los países avanzados y emergentes en el mes de enero de 2016. [1] Como se puede observar, todos los índices registran caídas desde comienzos de año. Encabeza el ranking negativo el Shanghai Composite de China con un -22,65%, seguido del índice Hang Seng de Hong-Kong con un -10,18%, el índice DAX de Alemania con un -9,10% y el índice Nikkei 225 de Japón con un -7,96%. Y ya a más distancia, registran tasas de variación negativas los índices S&P 500 de EE.UU. (-5.07%), el índice Bombay SENSEX de la India (-4,77%), el índice CAC 40 de París (-4,75%) y el índice FTSE 100 del Reino Unido (-2,54%).

Evolución de los principales índices bursátiles en enero de 2016

En el segundo gráfico se presenta la variación porcentual de los principales índices bursátiles de los países avanzados y emergentes desde marzo de 2009, fecha que marca el inicio de la recuperación de los mercados tras el hundimiento provocado por las turbulencias de la crisis financiera internacional de 2007.

Evolución de los principales índices bursátiles desde marzo de 2009

Todos los mercados de valores presentan variaciones positivas desde marzo de 2009 hasta finales de enero de 2016, aunque con importantes divergencias. Encabeza el ranking, el índice Bombay SENSEX de la India con un +204,8% de avance, seguido del S&P 500 de EE.UU. (+186,8%) y del Nikkei 225 de Japón (+147,2%). Cierre el ranking el Shanghai Composite de China con un ligero avance del +29,2%.

En el último gráfico se presenta la variación porcentual de los principales índices bursátiles de los países avanzados y emergentes desde el 1 de enero de 2000 hasta el 31 de enero de 2016.

Evolución de los principales índices bursátiles desde comienzos de 2000

Desde el inicio del siglo XXI son las bolsas de tres países emergentes y la de EE.UU. las que han obtenido una mayor revalorización. Además, son los únicos mercados bursátiles que presentan variaciones positivas. En concreto, el índice Bombay SENSEX de la India avanza un 362,7%, el Shanghai Composite de China un 94,7% (a pesar del último periodo de caídas iniciado a mediados de 2015), mientras que a mucha distancia se sitúa el índice S&P 500 de EE.UU. y el índice Hang Seng de Hong-Kong, con aumentos mucho menores del 33,3% y del 13,3%, respectivamente. [1]

En lo que concierne a los mercados bursátiles del resto de países avanzados, la rentabilidad acumulada desde el año 2000 es negativa en los cuatro casos. Encabeza el ranking de caídas el índice CAC 40 de París (-25,4%),  y a mayor distancia el índice FTSE 100 del Reino Unido (-8,7%), el índice Nikkei 225 de Japón (-7,8%) y el índice DAX de Alemania (-6,6%),