jueves, 12 de mayo de 2016

Los mercados de bonos de deuda pública mundial en tasas de rentabilidad nominales negativas: ¿burbuja en el horizonte?


El Banco Central Europeo y el Banco de Japón siguen estrechando la liquidez del mercado de bonos de deuda pública con sus nuevos programas de expansión cuantitativa en los que se realizan compras masivas de estos valores de renta fija con el objetivo de estimular sus economías. A ello se une la fuerte demanda de la banca internacional de bonos de deuda pública con el objetivo de cumplir los requisitos de capital. Por último, como la situación de las bolsas de valores en el mundo se ha vuelto tan impredicible, los inversores siguen viendo a la deuda pública como el único refugio en el que salvaguardarse de la fuerte tormenta que podría venir en un futuro más o menos cercano en la renta variable.

Esta fuerte (triple) demanda alimenta el círculo vicioso de falta de oferta de bonos de deuda pública, subidas de precios y bajada de rentabilidades nominales. Ello ha generado una enorme burbuja en el mercado de bonos de deuda pública por lo que los inversores se enfrentan a enormes pérdidas en su cartera si las rentabilidades suben en gran medida y bruscamente. Con más detalle, un aumento de medio punto porcentual supondría unas pérdidas de alrededor de 1,6 billones de dólares en el mercado global de bonos de deuda pública, según estimaciones de Bank of America Corp.

En el siguiente gráfico se muestra que las rentabilidades nominales (medias) de la deuda pública en los mercados mundiales han caído desde +4,3% en junio de 2006 hasta el +1,3% abril de 2016.


Pero el signo mayor de la burbuja del mercado de bonos de deuda pública es que en la actualidad hay más de 8 billones de dólares (1 trillón americano = 1 billón europeo) en los mercados secundarios con rentabilidades negativas, tal y como se puede observar el el siguiente gráfico.




Tal como muestra el gráfico, la mayor parte de los bonos de deuda pública con rentabilidades negativas son de Japón, 5,6 billones de dólares, el 70% del total del mercado mundial. Pero esto no es extraño ya que el Banco de Japón es el banco central que más ha expandido su balance comprando bonos de deuda pública nacional. En la actualidad el bono de deuda pública a 10 años se sitúa en rentabilidades negativas (-0,11%), mientras que el bono a 30 años tiene un rendimiento extremadamente bajo (y peligroso) del +0,29%. Esto significa que los inversores están pagando el gobierno nipón para mantener su dinero durante diez años, y quien mantiene su dinero en bonos de deuda pública durante 30 años recibe un +0,29% anual. 

En el caso de España, los títulos de deuda pública con rentabilidades negativas alcanzan ya los 151.000 millones de dólares (ver gráfico).

Otros signos de la burbuja latente del mercado de bonos de deuda pública provienen de las nuevas emisiones de algunos países. Por ejemplo, Francia emitió bonos de deuda pública a 50 años en abril pasado (no emitía desde 2010), mientras que Irlanda emitió en marzo pasado su primeros bonos de deuda pública con vencimiento a 100 años (¡atención 2116!) por un montante de 100 millones de euros y al +2,35% de interés).

En síntesis, los inversores siguen comprando bonos soberanos porque piensan que la rentabilidad nominal seguirá cayendo y el valor de su cartera seguirá subiendo en el corto plazo. El problema surgirá cuando comiencen a subir los tipos de interés de las nuevas emisiones, se produzcan ventas masivas (y simultáneas) y su cartera pierda valor. Y estas pérdidas aparecerán en mayor medida cuando mayores sean las subidas de tipos.