lunes, 23 de noviembre de 2015

El superávit por cuenta corriente de Alemania incumple el Procedimiento de Desequilibrios Macroeconómicos de la Eurozona


Uno de los principales retos de las autoridades económicas comunitarias (y yo diría también de las autoridades económicas del resto de países de la zona euro incluido el Banco Central Europeo) es como enfrentarse a la magnitud y a la persistencia del superávit de la balanza por cuenta corriente de la economía alemana. Nuevamente el superávit por cuenta corriente registrado (y el comercial) por Alemania en 2014 bate récords e incumple el Procedimiento de Desequilibrios Macroeconómicos (PDM) de la zona euro. La falta de corrección de este desequilibrio macroeconómico es un problema para la propia Alemania y para el resto de los países que comparte la moneda única, especialmente para aquellos que registran mayores tasas de desempleo como España.

El saldo de la balanza por cuenta corriente puede expresarse como la diferencia entre el ahorro nacional (tanto público como privado) y la inversión nacional. Así, el superávit por cuenta corriente puede reflejar una alta tasa de ahorro nacional en comparación con la inversión nacional, o una tasa de inversión nacional baja, o una combinación de ambas. Desde este punto de vista, una economía como la alemana al arrastrar un superávit persistente en la balanza comercial y en la cuenta corriente exporta capitales netos al extranjero en una cuantía que coincide con la diferencia positiva entre el ahorro y la inversión internos y, en última instancia, se convierte en un país prestamista neto de fondos externos. 

Los problemas derivados de los superávits excesivos y persistentes de la balanza por cuenta corriente son distintos de los ocasionados por los déficits. Un superávit por cuenta corriente implica que un país está acumulando activos en el exterior (bonos corporativos, acciones, deuda pública, viviendas, inversión directa en empresas, etc..). ¿Pero por qué puede plantear problemas a una economía una creciente y persistente acumulación de activos en el exterior? 

Por un lado, para un nivel determinado de ahorro nacional, un mayor superávit por cuenta corriente implica una menor inversión en capital fijo (en instalaciones y en bienes de equipo) en el propio país. Por ello, algunos factores podrían llevar a los responsables de la política económica a preferir que el ahorro nacional se dedicara más a inversiones en el país y menos a inversiones en el exterior: (1) los rendimientos del capital invertido en el país pueden ser más fáciles de gravar con impuestos nacionales que los obtenidos en el exterior; (2) un aumento de la inversión nacional puede conducir a una caída de la tasa de paro el interna y llevar a la economía a un nivel de renta mayor que un incremento igual de activos localizados fuera del país; (3) la inversión en capital fijo realizada por una empresa en el país puede tener efectos tecnológicos favorables sobre otras empresas nacionales (externalidades positivas).

Por otro lado, si un elevado superávit por cuenta corriente refleja un préstamo "excesivo" a los extranjeros, el país podría encontrarse en el futuro ante la imposibilidad de recuperar estos activos. En este caso, el país puede perder parte de su riqueza en el exterior si los deudores extranjeros se endeudaron por encima de lo que podían devolver y se declaran en quiebra y exigen quitas o reestructuración de la deuda (problema de la deuda soberana de la zona euro).

En 2014, el superávit por cuenta corriente de Alemania fue de 215.421 millones de euros, o el 7,4% por ciento del PIB del país. Ese dato sigue una tendencia al alza que ha estado ocurriendo desde el año 2000 (véase Gráficos 1 y 2). También a finales de 2014, el superávit comercial de Alemania se sitúo en niveles récords, alcanzado 229.301 millones de euros, o el 7,9% del PIB del país. Las previsiones del FMI indican que estos desequilibrios no se van a corregir en los próximos años si no cambian los factores que lo están alimentando (Previsiones: superávit por cuenta corriente: 2015, +8,4% del PIB, 2016: 7,9% del PIB; superávit comercial: 2015, +7,7% del PIB, 2016: 7,2% del PIB).

 
GRÁFICO 1


GRÁFICO 2

En el Gráfico 3 se presenta la descomposición del superávit de la cuenta corriente de Alemania por sub-balanzas. Como se puede ver, la persistencia del abultado superávit de la cuenta corriente se justifica fundamentalmente por el superávit comercial de bienes (excluidos los bienes energéticos que registran déficit) y, en menor medida, por el superávit de la balanza de rentas primarias (rentas netas con el exterior obtenidas por los factores productivos alemanes, empresas y trabajadores).

GRÁFICO 3

En el Gráfico 4 se muestra cómo el superávit por cuenta corriente (desequilibrio con el exterior) de Alemania no es más que el reflejo de un desequilibrio macroeconómico interno (ahorro nacional - inversión nacional). La línea negra nos indica que el ahorro nacional supera a la inversión nacional en 7,4 puntos porcentuales sobre el PIB. Por sectores el mayor exceso de ahorro los registran los hogares, seguidos por las empresas no financieras y, en menor medida, por las AA.PP. que registran ya un ligero ahorro público neto (reflejado posteriormente en un superávit presupuestario).


GRAFICO 4

En el Gráfico 5 se presenta la descomposición del superávit de la cuenta corriente de Alemania por áreas geográficas: 5 países de la zona euro (EA5) con problemas potenciales en su deuda soberana (España, Grecia, Irlanda, Italia y Portugal), resto de países de la zona euro RoEA), resto de países de la Unión Europea-28, Asia y resto del mundo (RoW). Destacar como Alemania ha reducido substancialmente, aunque mantiene un superávit con el grupo de países de la zona euro con dificultades económicas (EA5), y también sigue manteniendo un elevado superávit con el resto de países de la zona del euro y con el resto de países socios de la UE-28.

GRAFICO 5

¿Por qué los superávit por cuenta corriente y comercial de Alemania son tan elevados y persistentes?

En primer lugar, porque su economía tiene un gran potencial exportador derivado de que fabrica bienes de gran calidad y de alto valor añadido, aunque este es un factor necesario pero no suficiente. Al menos hay otros dos factores que ayudan también a explicar la magnitud del desequilibrio exterior de la economía alemana.

En segundo lugar, el tipo de cambio nominal del euro y del tipo de cambio real de Alemania están claramente infravalorados.

Por un lado, en el Gráfico 6 se muestra la evolución del tipo de cambio dólar/euro desde el inicio de la moneda única. El tipo de cambio máximo se alcanzó el 15 de julio de 2008 (1 euro = 1,59 dólares). Desde esa fecha, el tipo de cambio dólar/euro se ha depreciado un 50% hasta alcanzar un tipo de cambio actual de 1 euro = 1,06 dólares, lo que representa una importante ganancia de competitividad de las exportaciones alemanas fuera de la zona del euro. Esta debilidad del euro es un beneficio para la economía alemana por su participación en la Unión Económica y Monetaria (UEM). Si en Alemania todavía se utilizara el marco alemán, presumiblemente su moneda sería mucho más fuerte que el euro es hoy en día, lo que reduciría sustancialmente la competitividad-tipo de cambio nominal de las exportaciones alemanas.

GRAFICO 6

Por otro lado, en el Gráfico 7 se muestra la evolución reciente del tipo de cambio efectivo real de Alemania desde 2010 a mediados de 2015. Este índice incluye ahora tanto la competitividad vía tipo de cambio nominal, como la competitividad precios (Costes Laborales Unitarios (ULC) relativos o IPC (CPI) relativos). El tipo de cambio efectivo real se ha depreciado depreciación casi el 14%, lo que implica una significativa ganancia de competitividad de las exportaciones alemanas con el resto del mundo. De hecho, los técnicos del FMI estiman que el tipo de cambio efectivo real de Alemania está infravalorado en un rango entre el 5 y el 15% (véase IMF (2014): Germany, IMF Country Report No. 14/126, Washington).

GRÁFICO 7

En tercer lugar, el superávit comercial alemán se incrementa aún más por las políticas fiscales restrictivas que  impiden el aumento del gasto interno del país (consumo de los hogares e inversión pública, incluyendo el gasto en importaciones). De hecho, Alemania mantiene ligeros superávits públicos desde 2014, y las previsiones es que se mantengan al menos hasta 2016.

Aunque los superávits de la balanza por cuenta corriente no plantean los mismos problemas que los déficits insostenibles y están parcialmente justificados, unos superávits importantes y prolongados pueden deberse a ineficiencias económicas con un bajo nivel de inversión y demanda internas, lo que, a medio plazo, se traduce en un desaprovechamiento de la producción potencial a nivel interno. Un aumento de la demanda interna mediante la aceleración de la inversión supondría un estímulo para el crecimiento potencial de la economía alemana y podría contribuir a la recuperación y al ajuste en curso en la zona del euro.

La Comisión Europea está preocupada por el superávit por cuenta corriente de Alemania y así lo ha hecho constar explícitamente en el último Informe del Mecanismo de Alerta (IMA) 2015El IMA es el punto de partida del ciclo anual del procedimiento de desequilibrio macroeconómico (PDM) de la UE y de la Eurozona, cuyo objetivo es detectar y corregir los desequilibrios que dificultan el correcto funcionamiento de las economías de los Estados miembros o la economía de la UE en su conjunto y que pueden poner en peligro el funcionamiento adecuado de la UEM.

El IMA utiliza un cuadro de once indicadores, además de un conjunto más amplio de indicadores auxiliares, a fin de detectar en los Estados miembros posibles desequilibrios económicos que requieran la aplicación de medidas. Los Estados miembros que señala el informe se someten entonces a un examen exhaustivo por parte de la Comisión para evaluar si se acumulan o se corrigen los riesgos macroeconómicos en los Estados miembros y determinar si existen desequilibrios o desequilibrios excesivos. 

Uno de los indicadores clave del IMA es el saldo de la balanza por cuenta corriente. El saldo de la balanza por cuenta corriente debe moverse en la horquilla del -4% y +6% para el buen funcionamiento del conjunto del área monetaria. Alemania lleva sobrepasando el límite del superávit del 6% desde 2012 y las previsiones no son muy halagüeñas, ya que se espera superávits por encima de este límite en 2015 y en 2016, por lo que el país germano debería ser objeto de sanciones si se cumplieran las normas de la UE. El elevado superávit por cuenta corriente de Alemania impide que países como España, Francia o Portugal puedan equilibrar sus balanzas comerciales con mayor facilidad.

¿Qué podría hace Alemania para impulsar una reducción sustancial de los superávits por cuenta corriente (y comercial) que genere externalidades positivas sobre el resto de la zona del euro y de la UE?

Aunque no tiene un control sobre el tipo de cambio nominal del euro o real, el Gobierno alemán tiene al menos tres importantes instrumentos. Todos ellos pasan por implantar una política fiscal expansiva, aunque aparezcan déficit públicos. En primer lugar, con la aplicación de un ambicioso plan de inversión pública en infraestructuras que mejore la calidad de las carreteras, autovías, accesos urbanos y puertos. En segundo lugar, con la aprobación de algunas reformas que impulsen el gasto interno, por ejemplo, el aumento de los incentivos fiscales a la inversión privada nacional, la eliminación de las barreras a la construcción de nuevas viviendas, e incluso una bajada de impuestos a los hogares. Por último, se requeriría un aumento de los salarios que impulsara el consumo de los hogares, incluyendo el gasto en importaciones.

jueves, 12 de noviembre de 2015

La principal amenaza para la economía mundial es el exceso de endeudamiento global, 2007-2014


El nuevo informe publicado por McKinsey Global Institute (MGI), Debt and (not much) deleveraging, examina  la evolución de la deuda en 47 países, 22 de economías avanzadas y 25 economías en desarrollo y evalúa las implicaciones de un mayor apalancamiento en la economía global y en sectores y países específicos.

Han pasado ya siete años desde el inicio de la crisis financiera internacional y la deuda global sigue creciendo. De hecho, en lugar de reducirse el endeudamiento (o apalancamiento), en todas las grandes economías se presentan mayores ratios de deuda total en relación al PIB en 2014 que en 2007. Este elevado endeudamiento plantea nuevos riesgos para la estabilidad financiera internacional y puede ralentizar el crecimiento económico mundial y la salida de la crisis económica.

En el siguiente gráfico se muestra el cambio en la deuda global desde el inicio de la crisis financiera internacional y la Gran Recesión. En detalle, la deuda mundial ha crecido en 57 billones (trillones americanos) de dólares de 2007 a 2014, pasando de 142 billones a 199 billones. Si medimos la evolución en % del PIB, la deuda global ha aumentado del 269% al 286% del PIB mundial. Resaltar también que el endeudamiento ha crecido en todos los sectores institucionales: hogares, empresas no financieras, AA.PP. e instituciones financieras.



En el siguiente gráfico (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande) se muestra para los 47 países la relación entre la ratio deuda total/PIB en 2014 (eje abscisas) y el cambio en la ratio deuda total/PIB entre 2007 y 2014 (eje de coordenadas). Desde el inicio de la crisis internacional de 2007 la mayoría de los países han aumentado su deuda y los que han reducido el apalancamiendo son cinco economías en desarrollo (Argentina, Rumania, Egipto, Arabia Saudí e Israel). Destacar que España es uno de los países peor situados, ya que ha aumentado su deuda total en 72 puntos sobre el PIB entre 2007 y 2014.


En el siguiente gráfico se muestra el ranking mundial de la deuda total sobre el PIB y el ranking de países en relación a los cambios de la deuda (en %) en el periodo 2007-2014, para el total de la economía y para los cuatro sectores institucionales (AA.PP., empresas no financieras, hogares y sector financiero). En primer lugar, Japón encabeza el ranking de endeudamiento total con el 400% de deuda en relación al PIB, mientras que España es el 8º país más endeudado del mundo, con un 313% de deuda sobre el PIB. En segundo lugar, los mayores aumentos en la deuda de las AA.PP, en la deuda de las empresas financieras, en la deuda de los hogares y en la deuda del sector financiero se han producido en Irlanda (+93 puntos porcentuales), Singapur (+92 puntos porcentuales), Tailandia (+26 puntos porcentuales) y China (+41 puntos porcentuales), respectivamente.



Finalmente, en el estudio se destaca tres nuevas áreas de riesgo en el ámbito de la deuda que resultan potencialmente peligrosas para la economía mundial: (1) el aumento generalizado de la deuda pública, que en algunos países ha alcanzado niveles tan altos que se requerirán importantes ajustes fiscales y económicos para que se pueda estabilizar y posteriormente reducir; (2) el continuo aumento de la deuda de los hogares y de los precios de la vivienda en algunos países del norte de Europa y de Asía; y (3) el aumento de la deuda total de China, que se ha cuadriplicado en los últimos siete años. Este apalancamiento en la economía china ha estado impulsado fundamentalmente por el aumento de la deuda hipotecaria y por el importante crecimiento de los créditos de la banca en la sombra.