viernes, 24 de septiembre de 2010

Predicciones sobre el Premio Nobel de Economía 2010

Llega la época de hacer las "porras" académicas de quién (o quienes) serán los agraciados con el Premio Nobel de Economía. El lunes 11 de octubre la Fundación Nobel anunciará quién es el ganador del año 2010.

Una primera predicción sería utilizar la lista de los 10 economistas que tienen más citas en sus artículos publicados en revistas científicas según la base de datos de RePEc. Como cuatro de ellos ya tienen el Premio Nobel (el número 3, James J. Heckman; el número 4, Joseph E. Stiglitz; el número 5, Robert E. Lucas Jr., y el número 8, Edward C. Prescott), una posible predicción ganadora sería escoger entre los seis restantes por orden en el ranking: 1) el número 1, Andrei Shleifer de Harvard University, Cambridge, EE.UU.;  2) el número 2, Robert Barro de Harvard University, Cambridge, EE.UU.; 3) el número 6,  Mark L. Gertler, de New York University, EE.UU.; 4) el número 7, Olivier Blanchard, del M.I.T. (Massachusetts Institute of Technology), Cambridge, EE.UU., aunque actualmente está en excedencia y ocupa el puesto de Consejero Económico y Director del Departamento de Estudios del Fondo Monetario Internacional; 5) el número 9, Ross Levine, de Brown University, Providence, EE.UU.; 6) y el número 10, Daron Acemoglu del M.I.T. (Massachusetts Institute of Technology), Cambridge, EE.UU.

La segunda predicción vendría de la mano de la empresa Thomson Reuters, cuya División de Ciencia, ISI Web of Knowledge, se ocupa de construir bases de datos de la actividad científica por áreas y países. La más conocida es el Journal of Citation Reports Web, base de datos que ofrece un medio sistemático y objetivo para evaluar de manera crítica las revistas científicas más importantes del mundo. En concreto, JCR Web permite medir la influencia y el impacto de las investigaciones realizadas (a nivel de revistas y por áreas de investigación) y muestra las relaciones entre las revistas que citan y las que son citadas.

La apuesta ganadora de Thomson Reuters es para cuatro economistas:
  1. Alberto Alesina, catedrático de Economía de Harvard University, Cambridge, EE.UU., por sus estudios teóricos y empíricos sobre la relación entre la política y la eocnomía y, en especial, por sus investigaciones sobre el ciclo político-económico.
  2. Nobuhiro Kiyotaki, catedrático de Economía de Princeton University, Princeton, EE.UU. y John H. Moore, catedrático de Economía de la Universidad de Edinburgh y de la London School of Economics, Reino Unido, por la formulación del modelo Kiyotaki-Moore del ciclo económico, que muestra cómo el sistema financiero puede servir de mecanismo amplificador de los ciclos económicos.
  3. Kevin M. Murphy, catedrático de Economía de la Universidad de Chicago, EE.UU., por su investigación empírica en temas de economía social, tales como la desigualdad salarial, el desempleo, la adicción racional, el valor económico de la investigación médica y el crecimiento económico. 
Aunque me alejo de las profecías seguras de Thomsom Reuters, ya saben que a mí me gusta el riesgo, y si pudiera votar yo le daría el Nobel a Robert J. Barro, Catedrático de Economía de la Universidad de Harvard. Sus contribuciones se centran en el campo de la Macroeconomía: a) la teoría de la deuda pública en los años setenta; b) la macroeconomía del equilibrio en los años ochenta; y c) la teoría crecimiento económico en los años noventa. Además, es uno de los economistas más citado en las revistas científicas del área de Economía. Lo curioso, es que Barro sigue el patrón de algunos de los mejores economistas americanos: no estudió en principio la carrera de Economía, aunque posteriormente obtuvo el Doctorado en nuestra disciplina. Su Licenciatura fue en Física. Recuerden que en 2008 y 2009 ya aposté en dos entradas del Blog por Robert J. Barro y me equivoque. Pero soy capricornio.

lunes, 20 de septiembre de 2010

El déficit de la balanza por cuenta corriente de los países periféricos de la zona del euro y la ineficiente asignación de los flujos de capital exterior, 2004-2008

El déficit o superávit de la balanza por cuenta corriente de una economía abierta refleja el saldo de los ingresos y pagos por operaciones comerciales, servicios, rentas y transferencias corrientes con el exterior. Si al déficit o superávit por cuenta corriente le añadimos el saldo de la balanza por cuenta de capital se obtiene la necesidad o capacidad de financiación de la economía nacional con el resto del mundo.

En esta entrada del Blog nos ocupamos de dos cuestiones relacionadas con el desequilibrio exterior. Por un lado, mostramos la contrapartida  macroeconómica de los déficit de la balanza por cuenta corriente acumulados durante los años pre-crisis económica (2004-2008) por los cuatro países periféricos de la zona del euro (España, Irlanda, Grecia y Portugal). Por otro lado, nos preguntamos si los flujos exteriores de capital obtenidos para su financiación fueron asignados de manera eficiente en sus economías (en otra Entrada del Blog nos centrábamos con más detalle en el caso de la economía española a finales de 2007, justo antes de iniciarse la crisis financiera internacional y la crisis económica).

En ambas cuestiones, existen diferencias importantes entre las cuatro economías de la zona del euro. En relación a la primera de las cuestiones, como se puede observar en el gráfico adjunto (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande), en los años anteriores a la crisis económica (2004-2008) el déficit por cuenta corriente de estos países fue creciendo de manera persistente hasta alcanzar el máximo en % del PIB en 2007/2008 (-5,3% Irlanda (2007); -10,0% España (2007); -12,1% Portugal (2008); -14,7% Grecia (2007)).



Desde le punto de vista macroeconómico el saldo de la balanza por cuenta corriente puede expresarse como la diferencia entre el ahorro nacional total (público y privado e incluyendo el saldo de la balanza por cuenta de capital para simplificar) y la inversión nacional neta (inversión bruta menos depreciaciones). Así, el déficit por cuenta corriente puede reflejar una baja tasa de ahorro nacional en comparación con la inversión, o una tasa de inversión elevada, o una combinación de ambas. Desde este punto de vista,  una  economía que arrastra en el tiempo un déficit persistente en la balanza por cuenta corriente utiliza capital extranjero para financiar la diferencia entre la inversión y el ahorro internos y, en última instancia, se convierte en un país prestatario neto de fondos externos, con la consiguiente acumulación de deuda exterior neta (con más precisión se deteriora su "posición de inversión internacional neta (PII)").


En todos los casos, la PII neta negativa ha ido creciendo de manera persistente en el tiempo hasta alcanzar en % del PIB el -55% en Irlanda (2008), el -86% en Grecia (2009), el -92% en Portugal (2008) y el -93,6% en España (2009).


Aunque los cuatro países muestran un aumento de su déficit por cuenta corriente con el exterior y un deterioro de su PII neta negativa, el origen macroeconómico de este desequilibrio exterior no es similar. Como se puede ver en el gráfico, por un lado se sitúan España e Irlanda, dónde el desequilibrio exterior y la consiguiente acumulación de deuda exterior tiene su origen en el vigoroso aumento de la inversión nacional. Por otro lado, se sitúan Portugal y Grecia, cuyo origen del problema exterior proviene de la significativa caída del ahorro nacional total.


Centrémonos en la segunda cuestión. La generación de déficit por cuenta corriente, la atracción de flujos de capital necesarios para su financiación y la consiguiente acumulación de deuda externa no son un problema en si mismo. La cuestión relevante es si los flujos de capital exterior son asignados a una actividad productiva eficiente en un  doble sentido: a)  si los préstamos del resto del mundo han ido financiando una inversión con una productividad marginal más elevada que la tasa de interés (o de rendimiento) que reciben los acreedores externos; b) y quizá más importante, si estas actividades productivas pueden sostenerse indefinidamente en el tiempo para generar ese flujo de ingresos necesarios para pagar la deuda exterior acumulada en el tiempo.


La experiencia reciente de estos cuatro países ha ido en contra de está condición de asignación eficiente de recursos. Al contrario, los flujos de capital exterior que han financiado el déficit por cuenta corriente en el periodo 2004-2008 se ha asignado claramente a financiar inversiones productivas que se han mostrado a posteriori claramente ineficientes.  Pero cada caso es nuevamente diferente.


En lo que respecta a España e Irlanda, las entradas de capital fueron destinadas básicamente a la inversión en construcción y en vivienda, lo que que terminó generando una "burbuja inmobiliaria". En Grecia, los flujos de capital exterior fueron destinados a financiar el elevado déficit público, desequilibrio que escondía la elevada ineficiencia y el sobredimensionamiento del sector público del país (AA.PP. y empresas públicas). Por último, en el caso de Portugal los fondos fueron destinados a financiar un exceso del consumo privado.


La crisis financiera internacional y la consiguiente crisis económica sólo hizo que precipitar el necesario ajuste de un déficit por cuenta corriente insostenible en el tiempo. En definitiva, el desequilibrio externo reflejaba un desajuste macroeconómico interno también insostenible y un modelo de crecimiento y de asignación de recursos ineficiente (véase al respecto, European Commission (2010), Surveillance of the Euro Area – Competitiveness and Imbalances, European Economy, No 1).

domingo, 12 de septiembre de 2010

Los abultados déficit fiscales y el elevado riesgo de impago de la deuda pública de algunos Estados de EE.UU.

Desde que comenzó la crisis financiera internacional los inversores internacionales han aumentado su aversión al riesgo de los títulos de deuda pública de aquellos países en los que se prevé que los crecientes (y persistentes) déficit fiscales pueden entrañar un mayor riesgo de impago ("default") en el futuro. Una buena manera de aproximar este cambio de percepción de los mercados (el aumento del nivel de desconfianza o del riesgo) es a través del comportamiento reciente de los precios de los "Credit Default Swaps" (CDS) vinculados a estos bonos soberanos. En definitiva, las cotizaciones de los CDS de la deuda soberana aproximarían una parte del llamado "riesgo-país" o "riesgo de impago" de la deuda pública.

Aunque la mayor parte de atención de los analistas se ha centrado en el "riesgo-país" de algunos países de la OCDE, el importante y continuo aumento de los desequilibrios fiscales de muchos Estados de EE.UU. (en el caso español de las CC.AA.) ha despertado el interés en los mercados financieros internacionales por el seguimiento de los CDS de la deuda pública de los Estados americanos.


En el gráfico (hacer clic sobre el mismo para hacerlo más grande) se presenta las cotizaciones (a principios de septiembre de 2010) de los mercados de los CDS de los títulos de deuda pública con vencimiento a 5 años de un conjunto amplio de Estados de EE.UU. La lista está ordenada de mayor a menor coste de los CDS de la deuda pública del Estado en cuestión, es decir, de mayor a menor "riesgo-país". Recordemos que los precios de los CDS de la deuda pública representan el coste por año de asegurar un montante de 10.000 dólares de los títulos del Estado.

Como puede observarse, Illinois tiene el riesgo más alto de incumplimiento de sus pagos de intereses de su deuda pública con una cotización de sus CDS de 303,2 puntos básicos. Esto implica que el coste de asegurar contra el riesgo de impago o de "default"  un título de deuda pública del Estado de IIlinois cuyo montante sea de 10.000 dólares es nada menos que del 3,03% anual (coste que reduce considerablemente su rendimiento nominal).

A continuación figuran los Estados de California, Michigan, Nueva York y Nueva Jersey, cinco Estados muy importantes por su población y por su participación relativa en la producción de los EE.UU. No resulta sorprendente esta cotización de los mercados de CDS, ya que estos cinco Estados presentan desequilibrios muy elevados en sus presupuestos del último ejercicio fiscal 2009/2010. La gravedad de la situación se puede constatar por el hecho de que Goldman Sachs ya recomendó en 2009 a sus clientes que si compraban  títulos de deuda pública del Estado de  California (y de otros 10 Estados) deberían cubrirse del posible  riesgo de impago mediante la adquisición simultánea de un CDS.

En relación a esta situación, un estudio sobre las finanzas públicas de los Estados de EE.UU. elaborado por el Centro Pew ha revelado que estos cinco Estados (entre otros) presentaban en el ejercicio fiscal 2009-2010 déficit fiscales en % de su PIB de dos dígitos (Illinois: -47,3%; California: -49,3%; Michigan: -12%; New York: -32,3%; New Jersey: -29,9%). Todos estos Estados han tenido que introducir planes de ajuste para el vigente ejercicio fiscal 2010-2011 para alejarse de la posibilidad de bancarrota.

Resulta curioso que estos desequilibrios fiscales son mucho más elevados que los registrados por algunos países europeos y que han supuesto la aplicación en 2010 de severos proyectos de consolidación fiscal, los cuales fueron aprobados por las dudas de los mercados sobre la posibilidad de incurrir en un impago de su deuda (déficit fiscales en % del PIB para 2009: Irlanda -14,3%; Grecia: -13,6%; España: -11.2%; Portugal: -9,4%).

Los problemas fiscales se acumulan a la economía americana y no sólo por el abultado déficit federal.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Reflexiones del jefe de la misión del FMI para España de las perspectivas de la economía española

En una reciente entrevista, Daniel James, economista y jefe de la misión del FMI para España, reflexiona sobre las perspectivas de la economía española y sobre las reformas abordadas necesarias para salir de la recesión económica. Las reflexiones provienen del último informe preparado por el FMI sobre la economía española.

Estas son sus principales puntos de vista:
  • El reciente plan de austeridad y ajuste fiscal aprobado por el Gobierno es suficiente para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas a medio plazo (situar al déficit público total en el 3% del PIB) y para recuperar la confianza de los mercados financieros siempre que sea acompañado con una reforma del sistema público de pensiones (véase al respecto una entrada reciente del Blog).
  • La reciente reforma del mercado de trabajo va también en la dirección correcta. El economista del FMI insiste que era necesario corregir la excesiva protección del que disfrutaban los trabajadores con contratos indefinidos. No obstante, sería conveniente avanzar también en otras disfuncionalidades del mercado de trabajo como el proceso de fijación de los salarios. En este sentido, habría que aprovechar el debate parlamentario para reformar el proceso de negociación colectiva.
  • La funcionario del FMI es relativamente optimista en la recuperación del crecimiento económico española a medio plazo. La reformas estructurales van en la dirección correcta, las exportaciones se han comportado bien y el país tiene un elevado potencial de crecimiento al tener una estructura productiva  diversificada. La nueva etapa de crecimiento llegará cuando se termine la dependencia de la economía del sector de la construcción y de la vivienda, se reasigne la mano de obra en otros sectores, se reduzca suficientemente el nivel de endeudamiento de las familias y de las empresas, y se termine el proceso de saneamiento de parte del sector bancario, en especial de las cajas de ahorro.
  • Finalmente, destaca como positivo la situación del sector bancario en su conjunto, tanto por su solidez como por el hecho de que está bien supervisado.
En el siguiente vídeo se muestra un extracto de la entrevista. Y de paso practiquen el inglés: