jueves, 30 de junio de 2011

Economismo: Blog de Economía del diario El País

He comenzado a participar en otro blog junto a un grupo destacados economistas españoles. Se trata de Economismo, el Blog sobre economía del diario El País que dirige el experimentado periodista económico Juan Ayuso. Este foro pretende abrir una línea interactiva de debate, de alta calidad y diversidad, sobre economía nacional e internacional. Cada semana Javier propone un tema de debate y los participantes discutimos sobre el tema. Posteriormente, es colgado en elpais.com el sábado y publicado en el suplemento de Negocios de El País el domingo.

No cabe duda de que corren tiempos difíciles, pero también estimulantes. Los economistas tenemos el reto (y el deber) de ofrecer análisis rigurosos frente a los problemas económicos a los que se enfrenta la economía y la sociedad española y, en última instancia, contribuir a las discusiones vinculadas a políticas públicas.

domingo, 26 de junio de 2011

¿Se deben eliminar la mayor parte de los gastos fiscales del sistema tributario español?

El proceso de ajuste fiscal en la economía española se está centrando en la reducción de una parte del gasto público corriente, en el aumento de impuestos (fundamentalmente IVA e impuestos especiales) y en las privatizaciones de empresas públicas, pero hay un gran olvidado del presupuesto de gasto del Estado y de las CC.AA. Se trata de los gastos fiscales que parecen intocables. En el informe del Banco de España de 2010 por fin alguien habla seriamente del tema y se sugiere que se debería abordar una sustancial racionalización y reducción de los mismos (aunque el Banco de España no se atreve a sugerir cómo). En esta Entrada del Blog vamos a situar el problema en EE.UU. y en España y sugeriremos la creación de una Comisión como la que se ha implantado recientemente en aquel país.

Recordemos que los llamados gastos fiscales o tributarios (tax expenditures en inglés) son el conjunto de deducciones, exenciones, desgravaciones, reducciones e incentivos de las distintas figuras tributarias (IVA, IRPF e impuesto de sociedades, fundamentalmente) que representan un importante coste en términos de recaudación impositiva y que en la mayoría de los casos tienen  efectos perversos negativos sobre la equidad y la eficiencia impositiva. De hecho, la eliminación de una parte sustancial de los gastos fiscales tendría cuatro efectos positivos: (1) No aumentarían los tipos impositivos marginales; (2) No reducirían los incentivos al ahorro o a la inversión productiva del sector privado; (3) Aumentaría la eficiencia económica al eliminarse numerosos incentivos fiscales que distorsionan las decisiones de ahorro y de inversión del sector privado; y (4) Se reduciría sin duda la excesiva complejidad de la estructura tributaria y aportaría, en última instancia, mayor transparencia impositiva.

Centrémonos en primer lugar en el caso de EE.UU. El presidente Obama creó en febrero de 2010 una Comisión mixta de senadores y congresistas - The National Comission on Fiscal Responsability and Reform- cuya  misión principal era proponer una reforma fiscal (tanto de los gastos como de los impuestos) en profundidad, con el objetivo último de reducir a medio y largo plazo el abultado déficit presupuestario y el stock de deuda de los EE.UU. La Comisión presentó su informe final en diciembre de 2010 con un conjunto de recomendaciones para equilibrar el presupuesto federal (excluyendo el pago de intereses del stock de deuda pública) para el año 2015. Dentro de una extensa lista de cambios en los gastos e ingresos públicos,  destaca justamente la propuesta de eliminación sustancial (y simplificación) de los gastos fiscales, ingresos adicionales que se dedicarían a reducir el déficit público.

En el primer gráfico adjunto (haciendo clic en él se puede ver ampliado) se puede ver como si los gastos fiscales se clasificaran como gasto público en lugar de como "beneficios fiscales" (o pérdida de ingresos públicos) constituirían la principal categoría de los programas de gasto federal. En concreto, alcanzan nada menos que 1053 billones de dólares [1] (el 7% del PIB de EE.UU.), muy por encima de las principales categorías de gasto (los gastos en salud pública de los ancianos y los pobres, Medicare y Medicaid, respectivamente; Seguridad Social, gastos de defensa y otros gastos de carácter discrecional). Además, la mayoría de ellos son las deducciones de los individuos o familias (por la compra de vivienda, por aportaciones a los planes de pensiones, cuidado de los niños, gastos en educación universitaria, y donaciones a la caridad, entre otros).






















En el segundo gráfico podemos observar  como los gastos fiscales reducen la equidad del sistema tributario de EE.UU., ya que el valor de las deducciones, exenciones y exclusiones impositivas aumenta a medida que lo hace el ingreso del hogar. De hecho, en el gráfico se puede ver como los gastos fiscales benefician fundamentalmente  a los hogares del quintil más alto y al 1% de los hogares con más ingresos. Y esto no resulta sorprendente, ya que las familias norteamericanas de mayores ingresos son las que, en general, se compran una casa, envían a sus hijos a la universidad, ahorran para la jubilación con planes de pensiones y contribuyen generosamente a causas benéficas. Y la eficiencia queda también en entredicho ya que el Gobierno estaría dedicando una cantidad significativa de recursos tributarios (que podría dedicar a otros programas de gastos) para subsidiar decisiones del sector privado que se habrían producido de todos modos, mientras que en la práctica se excluyen a las familias de menores ingresos que serían mucho más sensibles a estos incentivos fiscales.

















Centrémonos ahora al caso de España. En el primer gráfico se representa los costes de los gastos fiscales en términos de recaudación. Para el caso del IRPF representa el 33% de la misma, fundamentalmente por las deducciones a los rendimientos del trabajo, la inversión en vivienda y las aportaciones a los planes de pensiones. En lo que respecta al impuesto de sociedades, las pérdidas de recaudación se sitúan en el 16%, básicamente por las deducciones por incentivos a la inversión, por el desarrollo de proyectos de I+D y por el apoyo a las pymes. Por último, el coste de los gastos fiscales en el IVA alcanza nada menos que el 40% de la recaudación bruta, asociado en este caso a la aplicación de tipos reducidos de IVA a determinados bienes y servicios.

  








En el segundo gráfico se representa la pérdida de recaudación impositiva de los gastos fiscales en % del PIB de España. Para el IRPF, el Impuesto sobre Sociedades y el IVA representa un 2,4%, un 0,4% y un 1,6%, respectivamente. Es decir, en total un 4,4% del PIB. Para destacar la importancia relativa de esta pérdida de recaudación, pensemos que esta cifra representa un poco más de la mitad del ajuste que tendrán que realizar las AA.PP. españolas en el saldo público primario (un 8% del PIB, sin incluir pagos de intereses de la deuda pública) en el periodo 2010-2015 para lograr el doble objetivo de estabilizar el stock de deuda pública en el 70% del PIB y lograr el equilibrio presupuestario en el año 2015.












Mediante la Ley 37/2010, de 15 de noviembre, se creó en nuestro país la Oficina Presupuestaria de las Cortes Generales (OPCG), como un órgano de asesoramiento técnico a la Cortes en el seguimiento y control de la ejecución de los Presupuestos Generales del Estado. Como su papel parece que todavía no esta muy bien definido yo me voy a atrever a sugerir una tarea adicional. Se trataría de la propuesta de creación de una Comisión Mixta de Expertos-Parlamentarios para la racionalización de los gastos fiscales del sistema tributario español. Su principal tarea sería la de poner a cero el contador de todos los gastos fiscales, es decir, del conjunto de deducciones, exenciones, desgravaciones, reducciones e incentivos de las distintas figuras tributarias y proponer su racionalización, incluyendo las estatales como las autonómicas (en este caso del IRPF en su tramo autonómico). [2] 

La racionalización del complejo entramado de los gastos fiscales del sistema tributario español generaría, al menos, cinco efectos positivos: (1) el aumento de la equidad impositiva; (2) el aumento de la eficiencia económica; (3) la reducción de la creciente desigualdad de las rentas; (4) la simplificación de la estructura impositiva y el fomento de la transparencia; y (5) la generación de ingresos adicionales necesarios para apoyar el ajuste fiscal para el periodo 2010-2015, sin necesidad de subida de impuestos o de reducciones adicionales en algunos programas de gasto, especialmente en la inversión en infraestructuras.

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[1] 1 trillón americano equivale a 1 billón europeo.
[2] En la medida de lo posible, se tendría que evaluar sus efectos en términos de equidad y eficiencia.

domingo, 19 de junio de 2011

El diferencial del precio del petróleo Brent-West Texas alcanza un nivel récord: ¿es el mercado eficiente?



Los dos principales precios de referencia del petróleo a nivel mundial son los del petróleo norteamericano WTI (West Texas Intermediate o Texas Light Sweet) que cotiza en la Bolsa Mercantil de de Nueva York (Nymex) y el del petróleo Brent Blend del Mar del Norte que cotiza en el  mercado International Petroleum Exchange (IPE) de Londres.

El petróleo WTI es un crudo que contiene el promedio de características del petróleo extraído en los campos occidentales de Texas, EE.UU. Debido a su poco contenido de azufre, es catalogado como petróleo dulce y en relación a su densidad es catalogado como liviano. Por ello es un petróleo de alta calidad e ideal para la producción de naftas. El crudo Brent (combinación de crudos de 19 diferentes campos de explotación petrolera) es un petróleo ligero, aunque no tanto como el WTI y es uno de los crudos más pobres en cuanto a su poder calorífico. El Brent es ideal para la producción de gasolina. Se suele refinar en los países de Europa Noroccidental, pero cuando los precios de mercado son lo suficientemente bajos para exportarlo, las refinerías del área mediterránea y la costa Este de EE.UU. también lo procesan.
En el los dos gráficos adjuntos (hacer clic sobre los mismos para verlos más grandes) se muestra la evolución de los precios del petróleo Brent y del petróleo WTI y del diferencial entre ambos precios (Brent-WTI) para el periodo mayo 2006-mayo 2011.





















De los datos representados en los gráficos se pueden destacar dos hechos relevantes. En primer lugar, como media del periodo el precio de WTI ha cotizado a un precio por encima del Brent (entre 1 y 2 dólares) como bonificación por su menor contenido en azufre y, por tanto, más fácil refino.

En segundo lugar, desde septiembre de 2010 y hasta la actualidad el diferencial o spread del precio spot de petróleo Brent-WTI se ha situado en niveles récord de 13-15 dólares, alcanzando los 20 dólares en los contratos de futuros negociados el 13 de junio. Pero, ¿cuáles pueden ser las causas de este anómalo comportamiento del diferencial?

La primera explicación más estándar -la que dan los analistas que operan en los mercados y aparece reflejadas en los medios de comunicación- es que los precios están divergiendo por los que las fuerzas que mueven los dos precios de referencia del crudo son diferentes. Por un lado, el precio del WTI estaría respondiendo más a la situación del mercado doméstico, es decir, a los efectos de los stocks récords acumulados en el centro de distribución de petróleo norteamericano (la ciudad de Cushing en Oklahoma,  el punto de suministro vinculado a la Bolsa Mercantil de Nueva York) por el creciente flujo de los crudos canadienses  y a la debilidad de la recuperación económica de EE.UU. Por otro lado, el precio del Brent estaría respondiendo más a problemas de la economía mundial, especialmente a los conflictos en los países de Oriente Medio, a la falta de cohesión dentro de la OPEP sobre la necesidad de un incremento de la producción y a las expectativas de la recuperación económica global.

La segunda explicación tiene que ver más con la teoría económica, en concreto, con el fallo de las oportunidades de arbitraje y con un mercado internacional del petróleo que no es eficiente. En primer lugar, los economistas sabemos que si el precio de un bien es diferente en dos lugares determinados -y los costes de transporte y las barreras arancelarias y no arancelarias no compensan este diferencial de precios- existe en este mercado una posibilidad de realizar operaciones de arbitraje. En otras palabras, se podría comprar el bien en el sitio más barato y luego venderlo directamente en el sitio donde es más caro. No obstante, bajo la hipótesis de eficiencia de los mercados no hay posibilidad de realizar arbitraje, o en todo caso, si se detectara un diferencial positivo para el arbitraje el precio del bien se encarecería rápidamente en el lugar donde era más barato y se abarataría donde era más caro.

En nuestro caso, si el enorme diferencial entre los precios del petróleo Brent respecto al petróleo WTI no está generando operaciones de arbitraje puede ser debido a que el mercado internacional del petróleo no es eficiente. Y las causas de este fallo de la hipótesis de mercados eficientes podrían ser múltiples: i) colapso de las redes de distribución en EE.UU. desde el Medio-Oeste hasta la costa del Golfo de México (oleoductos, transporte por carretera y por ferrocarril); ii) razones políticas;  y iii) barreras arancelarias y no arancelarias, entre otras.

lunes, 13 de junio de 2011

Las expectativas de los hogares de EE.UU. sobre sus ingresos futuros continúan bajo mínimos históricos

La economía de EE.UU. continúa mostrando signos negativos de estancamiento a pesar de haber abandonado técnicamente el periodo de recesión. En esta entrada del Blog nos ocupamos de una pregunta clave en relación a las expectativas de los hogares sobre sus ingresos futuros y que es utilizada por los analistas como un indicador adelantado del ciclo económico de la economía norteamericana.

El Survey Reseach Center del Institute for Social Research de la Universidad de Michigan (EE.UU.) elabora desde 1978 (y publica desde 2007 junto a Thomson Reuters) la Surveys of Consumers Attitudes (Encuestas sobre las Actitudes de los Consumidores), encuesta que trata de medir las expectativas de los consumidores en relación a sus ingresos, gastos, capacidad de ahorro, tipos de interés e inflación.

Los tres índices elaborados a través de las respuestas que las familias dan a la encuesta son: i) el Index of Consumer Expectations (ICE), que además es uno de los componentes oficiales del Index of Leading Economic Indicators elaborado por el Departamento de Comercio de los EE.UU.; ii) el Index of Consumer Sentiment (ICS); y iii) el Index of Current Economic Conditions (ICC).

En la encuesta hay una pregunta en la que el encuestado debe contestar sobre sus expectativas de cambios en sus ingresos futuros. En concreto, la cuestión es la siguiente: ¿Durante los próximos 12 meses usted espera que sus ingresos (familiares) serán más altos o más bajos que el año pasado (cambio en %)?

En el gráfico primer adjunto (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande) se presenta la evolución de la respuesta a esta pregunta desde el año 2000 hasta abril de 2011.

Source: University of Michigan, Survey of Consumers


La media de los cambios esperados en las rentas familiares (en términos nominales) desde el año 2000 y hasta el inicio de la Gran Recesión de 2008 se situaba en el +2,4%. Pero desde comienzo de 2009 y hasta la actualidad el pesimismo de las familias americanos sobre la evolución de sus ingresos futuros para los próximos 12 meses es alarmante y está anclado, ya que fluctúa alrededor de un mínimo histórico del +0,2% (si tomamos como referencia 1978 - año de inicio de la encuesta-, tal y como muestra el segundo gráfico).

Source: University of Michigan, Survey of Consumers
Note: Shaded bars indicate recessions















lunes, 6 de junio de 2011

Los determinantes del crecimiento del producto potencial en EE.UU. y en la zona euro, 2000-2010

El Banco Central Europeo (BCE)  ha actualizado recientemente las cifras del producto potencial (y sus determinantes) para el conjunto de la zona euro y los EE.UU. para la última década, 2000-2010, según las estimaciones realizadas por la Comisión Europea. En esta entrada del Blog nos gustaría mostrar como los determinantes del producto potencial no han jugado el mismo papel para las dos economías, especialmente en la "Gran Recesión".

El concepto de producto potencial recoge tanto el nivel (y la tasa de crecimiento) del PIB real que puede alcanzarse en una economía sin provocar  presiones inflacionarias como el nivel (y la tasa de crecimiento) del PIB real  que resulta sostenible en el medio y largo plazo con los recursos disponibles en la economía en relación a los principales factores de producción, trabajo y capital (stock de capital). A su vez, la productividad de los factores productivos guardan relación con la eficiencia productiva, las tendencias demográficas, la inversión en I+D e innovación, la inversión en capital humano, y el marco institucional (básicamente regulaciones de los mercados) y las políticas económicas de carácter estructural en las que se enmarca la economía.

Para el cálculo  del nivel y de la tasa de crecimiento del producto potencial se han utilizado en la literatura económica y en los organismos internacionales (OCDE, FMI, Comisión Europea) diversas metodologías (el enfoque de la función de producción, el método univariante del filtro de Hodrick-Prescott y la modelización  multivariante de los componentes no observados), cada una con sus ventajas e inconvenientes [1].

En el gráfico A se presentan las estimaciones del crecimiento del producto potencial en la zona euro y en EE.UU., calculados por la Comisión Europea a través del método de la función de producción (tipo Cobb-Douglas) (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande).

















Se puede fácilmente observar como el producto potencial para EE.UU. es siempre superior al de la zona del euro para desde 1992 hasta 2010. Además, el crecimiento potencial en ambas zonas se ha reducido sustancialmente durante el actual período de recesión

Con más detalle, en el período pre-recesión, 2000-2007, la tasa media interanual del PIB potencial alcanzó el 2% en la zona del euro, frente al 2,7% en EE.UU. Y para el periodo actual de recesión, 2008-2010, la tasa media anual interanual del PIB potencial se situó en el 1% en la zona del euro frente el 1,6% para los EE.UU.

El método de estimación de la producción potencial basado en la función de producción permite desagregar el crecimiento del PIB potencial en dos tipos de contribuciones: (1) las contribuciones de las variaciones en el uso del capital y del trabajo en la economía; y (2) las contribuciones que corresponden a las variaciones de la productividad; y en concreto de la productividad total de los factores (PTF), también llamada residuo de Solow. Además, las contribuciones del factor trabajo pueden desagregarse en la suma de cuatro contribuciones: (1) el impacto del crecimiento de la población; (2) las variaciones en las horas medias trabajadas; (3) las variaciones en la tasa de desempleo estructural o NAIRU (siglas en inglés de la tasa de desempleo no aceleradora de la inflación); y (4) la tasa de actividad.

En el gráfico B se presenta la desagregación del crecimiento del PIB potencial en función de las contribuciones del capital, el trabajo y la PTF, para la zona del euro y de EE.UU. y para el periodo 2000-2010.

















De las cifras del gráfico merece la pena destacar tres hechos relevantes. En primer lugar, el crecimiento potencial en EE.UU. y en la zona del euro, muestra una tendencia clara a la baja en el periodo pre-crisis, 2000-2007. En segundo lugar, esta tendencia negativa del PIB potencial se explica, fundamentalmente, por la reducción registrada en las contribuciones de la PTF, que pasó del 1,4% en 2000 hasta menos del 1% en 2007 en EE.UU., mientras que descendió en la zona del euro desde el 1% en 2000 a menos del 0,5% en 2007. Por el contrario, las contribuciones de la acumulación de capital y del factor trabajo se mantuvieron estables en ambas economías.

En lo que respecta a la última recesión económica (2008-2010), la misma ha incidido en los factores determinantes del PIB potencial de diversa manera. Por un lado, la contribución de la PTF solo ha variado ligeramente en ambas zonas. Por este motivo, el descenso del crecimiento potencial de los EE.UU. y de la zona del euro se explica básicamente por las menores contribuciones de los factores capital y trabajo.

Por lo que respecta al factor capital, durante el periodo actual de crisis, sus menores contribuciones al crecimiento potencial reflejan la importante caída de la inversión, siendo este efecto más acusado en EE.UU. que en la zona del euro.

En el gráfico C se presenta la desagregación de la contribución del factor trabajo al crecimiento potencial en los cuatro componentes más arriba mencionados.

















En el periodo 2000-2007 se registró un crecimiento mayor de las contribuciones del factor trabajo en la zona del euro que en EE.UU. Si nos fijamos en los determinantes de la contribución de este factor, en la zona euro se produjo un crecimiento menor de la población que en EE.UU., pero ello que compensó en mayor medida con el incremento de la tasa de actividad, mientras que esta tasa se redujo ligeramente en EE.UU. Finalmente, la tasa de desempleo estructural se mantuvo estable en la zona del euro, mientras que aumentó en EE.UU.

Si nos centramos en el actual periodo recesivo 2008-2010, podemos ver fácilmente cuáles han sido los factores explicativos de la menor contribución del factor trabajo al crecimiento potencial del PIB, tanto en EE.UU. como en la zona del euro. Por un lado, el aumento significativo de las tasas de desempleo estructural en ambas zonas fue el determinante fundamental del descenso de la contribución del factor trabajo en ambas zonas. Por otro lado, se han registrado incrementos de la tasas de actividad mucho más reducidas en la zona del euro, lo que también ha repercutido en la caída de la contribución del factor trabajo en la zona del euro. Por el contrario, en EE.UU. el crecimiento de las tasas de actividad se han mantenido relativamente estables.

En síntesis, el descenso del crecimiento potencial durante el periodo de crisis 2008-2010 en EE.UU. y en la zona del euro tiene su origen, fundamentalmente, en la caída de las contribuciones de los factores capital y trabajo, ya que la contribución de la PTF se ha mantenido relativamente estable. No obstante, es necesario destacar una diferencia cualitativa. Mientras en la zona del euro ha jugado un papel más determinante en la caída del PIB potencial el comportamiento negativo del factor trabajo, en EE.UU. ha sido determinante en mayor medida el comportamiento negativo del factor capital.

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[1] Para más información sobre los métodos utilizados para la estimación del producto potencial y sobre el papel que desempeña esta variable en el análisis macroeconómico, véase European Central Bank (2000): "Potential output growth and output gaps: concept, uses and estimates", Monthly Bulletin, October, 37-47; y  European Central Bank (2009): "Potential output estimates for the euro area", Monthly Bulletin, July, 44-48.

miércoles, 1 de junio de 2011

Cómo explicar a un niño el origen de la crisis económica de España

Existe preocupación en nuestro país sobre cómo reaccionarán los más pequeños ante la bajada del nivel de vida que tienen que afrontar sus familias con la crisis económica actual, sobre todo si se sigue alargando en el tiempo. Los psiquiatras infantiles piensan que hay que explicarles este problema de una manera sencilla al igual que se hace cuando el niño se enfrenta a un divorcio o a un segundo matrimonio (o relación de pareja) de sus padres, la muerte de un ser querido, el cambio de domicilio y de colegio, una catástrofe natural como la de Japón o Haití o las consecuencias de un acto terrorista.

He aquí un vídeo que en clave de humor puede servir de guía para esta difícil tarea. Se trataría de explicar al niño las cinco cuestiones básicas de la crisis económica: a) el origen de la burbuja inmobiliaria; b) el estallido de la misma y el aumento del paro; c) por qué hay tantas casas en venta que nadie compra; d) por qué el crédito bancario era abundante y ahora es escaso; d) y, sobre todo, por qué los ciudadanos de nuestro país se creían ricos, cuando en realidad nunca dejaron de ser relativamente pobres.