viernes, 30 de mayo de 2014

Ranking I-UGR de producción científica 2013 de las Universidades Españolas en las disciplinas de Economía y Empresa

La división de Ciencia de la empresa Thomson Reuters se ocupa de construir bases de datos de la actividad científica por áreas y países. La más conocida es el Journal of Citation Reports Web, base de datos que ofrece un medio sistemático y objetivo para evaluar de manera crítica las revistas científicas más importantes del mundo. En concreto, JCR Web permite medir la influencia y el impacto de las investigaciones realizadas (a nivel de revistas y por áreas de investigación) y muestra las relaciones entre las revistas que citan y las que son citadas.

Este recurso -disponible en ediciones separadas para la Ciencia en general y para las Ciencias Sociales (incluidas las áreas de Economía, Empresa y de Finanzas) en particular-, es una herramienta esencial para cualquiera que necesite conocer acerca del impacto y la influencia de las revistas en la comunidad investigadora global. Además, los indicadores disponibles de las revistas indexadas en la base JCR Web son utilizados a la hora de evaluar la actividad científica ("productividad investigadora") de Facultades, Institutos de Investigación, Organismos de Investigación, Universidades, profesores universitarios y científicos, tanto en España [Comisión Nacional de Evaluación de la Actividad Investigadora (CNEAI), Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA)], como a nivel internacional.

El Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) (conocido también como "proceso de Bolonia", por el nombre de la ciudad italiana en la que se firmó la declaración política que abrió el espacio europeo universitario) no sólo significa una homologación de títulos a nivel europeo, sino también debería abrir la competencia entre las universidades europeas y españolas entre sí en la captación de los mejores alumnos y profesores.

Una de las variables clave para poder elegir una Facultad y una Universidad en el nuevo contexto debería ser sin duda el nivel científico de su profesorado, por lo que indicadores de la "calidad" de las publicaciones de investigadores y profesores, van a pasar a un nivel más que relevante. Los ranking internacionales de universidades son también importantes por varios motivos. Además del evidente prestigio internacional, son fundamentales por las importantes ventajas económicas que eso puede traer en un momento en el que los planes autonómicos, nacionales y europeos de apoyo a las universidades (fondos de investigación para los profesores, incentivos económicos a los mejores profesores, ..) deberían de tener un claro objetivo: premiar la excelencia. Y la excelencia se cuantifica en este tipo de listados (guste o no guste), entre otro tipo de cosas.

En este contexto el Grupo de Investigación de evaluación de la ciencia y de la comunicación científica EC3 de la Universidad de Granada acaba de presentar el ranking de las universidades españolas (públicas y privadas) para el año 2014 (5ª edición), basado en la investigación publicada en las revistas científicas indexadas en el Journal of Citation Reports Web en los periodos 2004-2013 y 2009-2013. En el estudio se propone un método de ordenación de las universidades que sintetiza 6 indicadores bibliométricos de producción e impacto que miden los aspectos cualitativos y cualitativos de la producción científica de los investigadores de las universidades españolas. El ranking se organiza por campos (12) y por disciplinas científicas (37). En última instancia, el objetivo principal de estos rankings es descubrir las fortalezas y debilidades del sistema universitario español de investigación en diferentes ámbitos del conocimiento.

En el primer cuadro se presenta las posiciones ocupadas por universidades españolas en el campo científico de Economía, Empresa y Negocios (que incluye las revistas de las categorías "Economics", "Business" y "Business, Finance" de la base JCR Social Sciences Edition). [1]


En el periodo 2004-2013, lideran el ranking del campo científico de Economía, Empresa y Negocios, la Universidad Pompeu Fabra, la Universidad Carlos III, la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad de Navarra (IESE Business School, privada), la Universidad de Barcelona y la Universidad de Valencia.

En el segundo cuadro se presenta las posiciones ocupadas por universidades españolas en la disciplina científica Economía en el periodo 2004-2013, que incluye las revistas de la categoría "Economics" de la base JCR Web).


En el periodo 2004-2013, lideran el ranking de la disciplina científica de Economía, la Universidad Pompeu Fabra, la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad de Barcelona, la Universidad Carlos III,  la Universidad de Valencia y la Universidad de Alicante.

En el tercer cuadro se presenta las posiciones ocupadas por universidades españolas en la disciplina científica Empresa y Negocios en el periodo 2004-2013, que incluye las revistas de la categorías "Business" y "Business, Finance"de la base JCR Web).


En el periodo 2004-2013, lideran el ranking de la disciplina científica de Empresa y Negocios, la Universidad de Navarra (IESE Business School, privada), la Universidad Carlos III, la Universidad Pompeu Fabra, la Universidad de Valencia,  la Universidad de Sevilla y la Universidad Jaume I de Castellón.

Afortunadamente, no todas las Facultades de Economía (y los profesores universitarios de la disciplina de Economía y de la disciplina de Empresa) son iguales y, por lo tanto, no deberían ser tratados por igual. Las diferencias salariales derivadas del plus de productividad investigadora que otorga la CNEAI dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (básicamente publicaciones en artículos de la base de datos utilizada para elaborar el ranking) son ridículas. El "café para todos" tan típicamente español debería ser "cortado" aprovechando la introducción del EEES en la Universidad española. Pero eso es otra historia.
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[1] No todas las universidades figuran en los rankings, tanto en campos como en disciplinas antes del cálculo del IFQ2A-Index se establece un primer corte: solo figuran aquellas que cuentan con unos umbrales mínimos de producción científica (NDOC). En este documento se detallan el período y la regla de inclusión seguida en cada campo y disciplina.

martes, 27 de mayo de 2014

Un nuevo riesgo para la economía de EE.UU.: el excesivo endeudamiento de los estudiantes universitarios


Cuando parecía que la economía americana comenzaba a recuperarse del alza de la morosidad de los préstamos de la vivienda, vuelven a surgir temores - en los medios de comunicación, en la opinión pública y en los medios financieros especializados - de que una nueva bomba de relojería se sigue gestando con la acumulación sin límite de los préstamos a los estudiantes (en su mayoría con garantía del Gobierno Federal de EE.UU.) y con el mantenimiento de una elevada tasa de morosidad.

La Reserva Federal de Nueva York ha presentado recientemente las estadísticas de préstamos estudiantiles que aparecen en el informe más amplio sobre el crédito y de la deuda de los hogares de los EE.UU.: el Quarterly Report on Household Debt and Credit del primer trimestre de 2014.

En el primer gráfico se muestra la evolución del total de la deuda de los hogares de EE.UU. y su composición por tipos de préstamos desde el primer trimestre de 2013 al primer trimestre de 2014.


Los préstamos a los estudiantes es el único tipo de deuda de los hogares que ha crecido ininterrumpidamente desde el máximo alcanzado en 2008 por la deuda total. Dejando a parte la deuda hipotecaria (mortgage, 8,17 billones de dólares, 70% del total de la deuda), los préstamos a estudiantes continúan superando a finales del primer trimestre de 2014 en montante (1,1 billones de dólares, 9,5% del total) a los préstamos clásicos, tales como los créditos para compra de coches (880.000 millones de dólares, 7,5% del total) y las tarjetas de crédito (660.000 millones de dólares, 5,7% del total). [1] [2]

En el segundo gráfico se muestra la evolución de la tasa de morosidad (delinquent payment) por tipo de deuda de los hogares desde el primer trimestre de 2013 al primer trimestre de 2014.


La tasa de morosidad (más de 90 días sin pagar) ha descendido significativamente en los últimos dos años en todos los tipos de préstamo, excepto en los préstamos a estudiantes. Además la tasa de morosidad de los préstamos a estudiantes se ha situado en un 11%, la más alta de todos los tipos de deuda.

Algunas cifras pueden servir para ilustran el alcance del problema del endeudamiento de los estudiantes universitarios. En primer lugar, de casi los 20 millones de estadounidenses que asisten cada año a la universidad, cerca de 12 millones tienen algún tipo de préstamo a estudiantes. En segundo lugar, un estudiante acumula al final de un grado universitario de cuatro años, un montante medio de 20.926 dólares de préstamos a estudiantes. En tercer lugar, en la actualidad casi 37 millones de estadounidenses tienen un préstamo a estudiantes, con un montante medio de 30.227 dólares de saldo vivo.

Los altos niveles de deuda de préstamos a estudiantes no plantean ningún problema, siempre y cuando la inversión en la educación universitaria genere al individuo una "tasa de rentabilidad o tasa de retorno" posterior elevada (por ejemplo, en forma de salarios relativamente más altos) que le permita: a) reembolsar sin problemas los préstamos obtenidos para cursar los estudios en la universidad; b) y que no le penalize este endeudamiento (al estudiante y/o a sus padres si lo avalaron) para obtener otro tipo de préstamos, tales como créditos para compra de coches o hipotecas para la compra de viviendas, o incluso la disponibilidad de tarjetas de crédito.

Pero la morosidad de los préstamos a estudiantes va en aumento desde el inicio de la crisis financiera internacional y ya alcanza el 11%, tal y como vimos en el gráfico. Respecto a este problema, la Asociación Nacional de Abogados del Consumidor de EE.UU. - National Association of Consumer Bankruptcy Attorneys (NACBA) - ya presentó en 2012 un informe demoledor en el que alertaba del problema. El informe de la NACBA muestra, por ejemplo, que:
  • 4 de cada 5 abogados de la Asociación manifiestan que los clientes potenciales con deuda de préstamos a estudiantes se han incrementado "significativamente" o "algo" en los últimos tres o cuatro años. 
  • El 95% de los abogados manifiestan que la mayoría de sus clientes no tienen ninguna posibilidad de obtener una moratoria, dada la excesiva carga que en la actualidad les supone el préstamo a estudiantes.
  • Los préstamos a los padres para la educación universitaria de su hijos han aumentado un 75% desde el año académico 2005-2006. Los padres atendidos tienen un promedio de 34.000 de dólares en préstamos estudiantiles, y esa cifra se eleva a unos 50.000 dólares en un préstamo "estándar" con un plazo de de amortización de 10 años.
  • Por último, el informe revela que, por ejemplo, de los estudiantes graduados en 2005 ("Class of 2005"), los que empezaron a devolver el préstamo al año siguiente de la graduación, el 25% del total acabó con un préstamo impagado, y un 15% del total ha entrado en mora en algún momento de la vida del crédito.
Nuevamente la historia se repite: "El mercado de préstamos a estudiantes de EE.UU. es demasiado grande para quebrar", repiten los analistas financieros (Too Big to Fail, como España e Italia en la zona del euro).

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[1] Un trillón en EE.UU. equivale a 1 billón europeo.
[2] Los préstamos HE revolving, son los préstamos obtenidos con garantía hipotecaria, conocidos también por Home Equity Line of Credit (HELOC). Representan un montante de 520.000 millones de dólares, un 4,5% del total de la deuda de los hogares.

jueves, 22 de mayo de 2014

La rentabilidad a largo plazo de la bolsa de valores de EE.UU., 1937-2014


En esta entrada del Blog nos ocupamos de tres cuestiones relativas al comportamiento histórico y más reciente de la bolsa de valores de EE.UU. y, más concretamente, del valor del índice S&P 500: i) la rentabilidad a largo plazo; ii) la posible infravaloración o sobrevaloración del índice; iii) la dependencia reciente del valor del índice de la liquidez proporcionada por la Reserva Federal de EE.UU.

En primer lugar, en el siguiente gráfico (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande) se muestra la evolución histórica de la rentabilidad de la bolsa de valores de EE.UU. para el período 1937-2014 (último dato abril). En concreto, se representa la rentabilidad media nominal (sin descontar la inflación) de una media móvil de 10 años del índice S&P 500 (primer dato utilizado 1928). 


Desde 1937, la rentabilidad media de los períodos de 10 años ha alcanzado una nada despreciable cifra del 103%, es decir, con 10.000 dólares invertidos se ha obtenido al final de una década un montante medio de 20.300 dólares. Pero, tal y como muestra el gráfico, en los últimos 10 años (2004-2013) el índice S&P 500 ha acumulado una rentabilidad media del 64,8%, un nivel significativamente por debajo de la media histórica de una década.

En segundo lugar, en el siguiente gráfico se representa la evolución histórica de la ratio P/E del índice S&P 500 para el período 1929-2014 (último dato marzo).


La ratio P/E o PER (del inglés, Price to Earnings Ratio, o la relación entre el precio o valor y los beneficios), mide cual número de veces el beneficio neto anual de una empresa determinada se encuentra incluido en el precio de una acción de ésta. El valor de la ratio P/E se calcula dividiendo el precio de la acción de una empresa determinada en el mercado bursátil entre el valor del beneficio neto anual después de impuestos de la empresa correspondiente entre el número de acciones que ha emitido. Por ejemplo, si la empresa cotiza a 26 dólares y el beneficio neto anual por acción es de 2,60 dólares, su PER sería de 10 (26/2,60).

La interpretación económica del valor que alcanza en un momento determinado la ratio P/E de una empresa que cotiza en bolsa (o de un índice bursátil) es bastante simple. Si una empresa (o un índice bursátil) tiene una ratio P/E elevada puede significar que las expectativas del valor son favorables y están anticipando un crecimiento de los beneficios en el futuro. Aunque también puede indicar que el precio de la acción (o del índice bursátil) está sobrevalorado y, por tanto, que resulte improbable que su cotización (o valor) siga subiendo en el futuro. Por el contrario, si una empresa (o un índice bursátil) tiene una ratio P/E baja puede indicar que la acción (o el índice bursátil) está infravalorada y que su cotización (o valor) puede aumentar a corto plazo.

A la vista de los datos del gráfico anterior no parece que en la actualidad el valor del índice S&P 500 esté sobrevalorado, ya que el valor actual de la ratio P/E, 17,31, sólo está dos puntos  por encima de su media histórica (15,35, línea roja), un poco por encima de la media de los últimos 10 años (16,95, línea azul), pero por debajo de la media de los últimos 25 años (18,90, línea verde).  La posible burbuja de la bolsa de valores de EE.UU. parece que queda descartada.

Por último, el crecimiento del índice S&P 500 y la expansión del balance de la Reserva Federal de EE.UU. - iniciada con las medidas de políica monetaria no convencional - siguen una misma senda temporal, tal y como se puede ver en el siguiente gráfico. En otras palabras, la subida de la bolsa de EE.UU. se ha generado casi exclusivamente con las masivas inyecciones de liquidez del banco central.

sábado, 17 de mayo de 2014

La política monetaria "pasivamente" restrictiva del Banco Central Europeo se acentúa


La última reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) del pasado 8 de mayo terminó sin la introducción de estímulos monetarios y la única novedad del pre-anuncio de que si fuera necesario se tomarían medidas de relajación monetaria en la próxima reunión de junio.

El BCE se está quedando sin argumentos para retrasar la aplicación de medidas monetarias contundentes que ayuden a corregir la debilidad persistente del crecimiento en la zona euro, situación agravada por una baja tasa de inflación (por debajo de su meta del 2%), por la fortaleza de euro con las principales monedas internacionales y por la continuación de las políticas fiscales restrictivas.

En el contexto actual, el BCE no ha agotado ni el margen de la política monetaria convencional (bajando tipos de interés y posiblemente introduciendo tipos negativos en la facilidad de depósito de los bancos) ni las posibilidades de las políticas no convencionales, como la compra masiva de activos titulizados (privados y públicos) y un nuevo programa de Operaciones de Financiación a más Largo Plazo (programa LTRO) a tipos de interés fijos, pero vinculado a algún tipo de obligación para que la banca use esos fondos para prestar, no para comprar deuda pública (el fenómeno conocido como carry trade). [1]

Por el contrario, los bancos centrales del resto de economías avanzadas (especialmente la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco de Japón) han llevado a cabo políticas monetarias agresivamente expansivas a través de operaciones de expansión de sus balances - lo que se conoce como quantitative easing (QE) -. Frente a esta estrategia, el balance del BCE se ha contraído de manera significativa desde julio de 2012 como consecuencia de las devoluciones anticipadas de parte del programa LTRO. El resultado es una política monetaria "pasivamente" restrictiva, en comparación con la llevada a cabo por otros bancos centrales.

En el gráfico adjunto se muestra la evolución de los activos del balance de la Reserva Federal (en millones de dólares) y del BCE (en millones de euros) desde junio de 2004 a abril de 2014 (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande).


Dos hechos relevantes se derivan de las cifras del gráfico:
  1. Desde principios de 2008 - en plena crisis financiera internacional - y hasta la actualidad, los activos del balance de la Reserva Federal han pasado de 922.000 millones de dólares a 4,30 billones de dólares, lo que representa un aumento del 366%. Por el contrario, los activos del balance del BCE han pasado de 1,33 billones de euros a 2,16 billones de euros, lo que representa tan sólo un aumento del 62%.
  2. Mientras que en este periodo enero 2008-abril 2014, los activos del balance de la Reserva Federal no han hecho más que crecer, los activos del balance del BCE se han contraído en casi un billón desde julio de 2012. 
Esta política monetaria "pasivamente"restrictiva resulta desconcertante, ya que el balance del BCE se estaba contrayendo a medida que la zona del euro caía en un período de recesión económica y de muy baja inflación, en el que actualmente todavía seguimos anclados.

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[1] Desde que comenzó la crisis, las Operaciones de Financiación a más Largo Plazo (OFMLP o por sus siglas en ingles LTRO) han desempeñado un papel hegemónico en la provisión de liquidez de BCE al sistema crediticio a plazos cada vez mayores (3 meses, 6 meses y 1 año) en detrimento de las Operaciones Principales de Financiación semanales (OPF o por sus siglas en inglés MRO). Se realizaron dos subastas de OFMLP a tipo fijo (del 1% el primer año), con vencimiento a 3 años y posibilidad de amortización anticipada. Estas subastas han devenido en inyecciones masivas de liquidez al haber sido realizadas por importes en volumen nunca utilizados hasta ese momento. En la primera subasta a 3 años, de 21 de diciembre de 2011 y vencimiento 29/01/2015, se adjudicaron 489.190 millones de euros a un total de 523 entidades solicitantes. En la segunda subasta a 3 años, de 29 de febrero de 2012 y vencimiento 26 de febrero de 2015, se ha adjudicado un volumen mayor, 529.530 millones de euros, a mayor número de entidades, 800.

jueves, 8 de mayo de 2014

La paradoja de los precios en EE.UU.: los bienes y servicios básicos se encarecen y los superfluos se abaratan, 2005-2014


La manera tradicional de medir el poder adquisitivo del ciudadano es a través de la variación del Índice de Precios al Consumo (IPC). El IPC es un índice (ponderado) en el que se valoran los precios de un conjunto de bienes y servicios (determinado sobre la base de la encuesta continua de presupuestos familiares o Encuesta de gastos de los hogares), que una cantidad de consumidores representativos adquiere de manera regular, y la variación con respecto del precio de cada uno en una muestra anterior. Mide los cambios en el nivel de precios de una cesta de bienes y servicios de consumo adquiridos por los hogares. Se trata de un porcentaje que puede ser positivo, en cuyo caso índica un incremento de los precios o negativo, que refleja una caída de los mismos.

Desde hace ya algunos años se ha abierto un debate entre los economistas sobre la cuestión de si el IPC refleja o no adecuadamente el poder adquisitivo del ciudadano. El ejemplo más exagerado de que no mide el coste real de la vida es el caso de EE.UU., tal y como muestran las cifras del siguiente gráfico publicado recientemente por el diario New York Times (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande).



En el gráfico se muestra la variación en % de los precios de los principales bienes y servicios del IPC de EE.UU. entre 2005 y 2014. En estos años, los precios de estos bienes y servicios en su conjunto aumentaron un 23%, pero de una manera dual. Por una parte, el conjunto de bienes y servicios que se pueden considerar básicos o esenciales para el bienestar del ciudadano se han encarecido considerablemente (gastos en educación, guarderías, gasto en salud, reparación y mantenimiento de los coches, alimentación). Por otra parte, otro conjunto de bienes y servicios que son relativamente superfluos - en el sentido de que no satisfacen necesidades vitales como en el grupo anterior - se han abaratado considerablemente (teléfonos móviles, televisores, juguetes, coches, ropa, material informático y electrónico, productos de cuidado personal). [1]

En definitiva, una persona representativa de la clase media-baja norteamericana de 40-50 años posee un coche (aunque no lo puede reparar), un televisor, un ordenador, un móvil y una tablet, viste con ropa de baja calidad, puede tener una casa en propiedad o vivir de alquiler (aunque no puede realizar mejoras o pagar reparaciones) ....

... pero tiene diabetes (u otra enfermedad crónica o aguda) y no tiene un seguro de enfermedad, se enfrenta a una subida constante de los gastos de alimentación, tiene que trabajar a tiempo parcial (porque no puede pagar la guardería de sus hijos) y, en la mayoría de los casos, ya no puede llevar a sus hijos a la universidad (a no ser que se endeude de por vida).

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[1] Destaca el crecimiento de los gastos de educación que han aumentado entre 2005 y 2014 más del 40%.