El último informe anual del Banco de España destaca que a pesar del brusco deterioro del empleo en España en el año 2008 se ha repetido uno de los problemas históricos de nuestra economía. Se trata de la elevada inercia nominal de los salarios fenómeno asociado con la existencia de competencia imperfecta en el mercado de trabajo. Este problema se deriva a su vez del elevado grado de indiciación del mecanismo de negociación colectiva del mercado de trabajo español que ha supuesto un aumento de los costes laborales, no sólo en términos nominales sino también en términos reales.
Por un lado, la activación de la clausulas de salvaguardia pactadas ha provocado un ajuste automático de los salarios nominales a la evolución de la inflación de finales de 2007, lo que ha llevado a un aumento de los salarios nominales y reales en el primer semestre de 2008.
Por otro lado, en el último trimestre de año, cuando estábamos en pleno deterioro del mercado de trabajo y con una tasa de inflación reduciéndose sustancialmente, los salarios negociados han mostrado una escasa sensibilidad a las condiciones cíclicas del mercado de trabajo. En concreto, las revisiones de convenios plurianuales firmados en años anteriores recogieron un aumento de los salarios nominales de 3,5 puntos porcentuales. Más curioso fue el comportamiento de los nuevos convenios colectivos firmados en 2008, ya que incluyeron un aumento salarial superior hasta alcanzar el 3,8% (véase cuadro adjunto; hacer click para agrandarlo).
Los datos disponibles para 2009 no hacen más que confirmar este anómalo comportamiento en una situación de mayor deterioro del mercado laboral. Así, el incremento de salarios pactados hasta mayo (en su mayoría revisiones de convenios colectivos plurianuales firmados en años anteriores) se sitúa en un 2,69%, lo que supone un nuevo aumento de los salarios reales, dado el comportamiento reciente de la tasa de inflación española (véase cuadro).
No obstante, esta estrecha relación "positiva" entre los salarios y la inflación no es nueva para la economía española. Por un lado, el elevado grado de indiciación nominal presente en la negociación colectiva ha sido históricamente muy elevado, por lo que los aumentos salariales están muy determinadas por la evolución de la tasa de inflación anterior. En el gráfico adjunto aparece la senda temporal de los aumentos salariales pactados en los convenios y de la tasa de inflación anual para el periodo 1990-2008. No es necesario realizar un ejercicio econométrico para observar la alta relación positiva existente entre los incrementos de los salarios nominales y la tasa de inflación retardada un periodo. Adicionalmente, esta relación se ve reforzada por el impacto positivo de las clausulas de salvaguardia de la mayoría de los convenios colectivos, que trasladan de manera automática cualquier aumento de la tasa de inflación a los salarios.
Por otro lado, destacar que las propias características de las clausulas de salvaguardia provocan que la relación entre incrementos de salarios y tasa de inflación sea asimétrica. De este modo, en el gráfico se pueden observar años como 1998, 2001, 2003 o 2006, en los que se registra un descenso de la tasa de inflación y, simultáneamente, se producen aumentos de los salarios reales. De hecho, la correlación entre las variaciones de la tasa de inflación y el incremento de los salarios reales para el periodo 1980-2008 es de -0,6.
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