lunes, 25 de mayo de 2009

¿Hay peligro de deflación en la economía española?

Algunos colegas de la profesión académica y del mundo financiero, y la mayoria de los comentaristas económicos, están alertando en los últimos tiempos de un posible peligro de deflación en la economía española. Pero pueden estar equivocados, al menos por tres razones. Por un lado, porque no escogen adecuadamente los indicadores de precios para poder afirmar que estamos entrando en un periodo de deflación, Por otro lado, porque no interpretan los datos estadísticos disponibles de una manera rigurosa y adecuada desde una óptica temporal. Por último, porque circuscriben la deflación como un fenómeno de corto plazo, obviando las consecuencias a largo plazo de la conjunción actual de las acciones de la política monetaria, fiscal y de la evolución del tipo de cambio nominal.
Primer error: El indicador de precios utilizado no es el adecuado
En primer lugar, los que alertan que la economía española va a entrar en una etapa de deflación (o ya ha entrado) utilizan los últimos datos del índice de precios al consumidor "general". En concreto, señalan que la tasa negativa interanual del IPC general del -0,1% y -0.2% de los meses de marzo y abril (véase primer gráfico), respectivamente, es un prueba que la deflación es una "amenaza" para la economía española. Sin embargo, el dato agregado es engañoso. De hecho, esta evolución se debe a una caída -quizás transitoria- de las tasas interauales de los componentes del IPC general, índice que recoge los precios de los alimentos no elaborados y sobre todo de los precios de la energía (véase segundo gráfico). En concreto, si al IPC general le descontamos la evolución de estos dos componentes más inestables, obtenemos el IPCSEBENE, es decir, el IPC sin energía ni alimentos no elaborados, que es el indicador de la inflación subyacente de la economía y el que los bancos centrales utilizan como indíce de precios objetivo en la gestión de su política monetaria.
En relación a la inflación subyacente de la economía española, se puede observar en el primer gráfico como la misma se mueve en tasas interanuales positivas, aunque decrecientes. Además, si profundizamos en la evolución de los componentes principales de la inflación subyacente, podemos destacar que tanto el IPC de los servicios en su conjunto (tercer gráfico) como el IPC de la hostelería (cuarto gráfico) continúan registrando tasas interanuales muy altas, con fluctuaciones de alrededor del 3% en los últimos 4 meses.
En segundo lugar, existen indicadores estadísticos más adecuados para ver las tendencias a largo plazo que el IPC general y sus componentes. De hecho, muchos estudios disponibles indican que un indicador menos volátil y, por tanto, más preciso para tal fin, es el Deflactor del PIB (véase quinto gráfico. Se puede ver más grande haciendo click sobre el mismo). De hecho, la tasa interanual del deflactor del PIB se mueve en tasas positivas en el primer trimestre del 2009 del 1,3%. Y la evolución reciente de algunos de sus componentes más importantes nos alejan de cualquier amenaza deflacionaria. En concreto, los últimos datos disponible para el primer trimestre de 2009 muestran que el deflactor de la industria continúa creciendo a tasas interanuales del 2,8%, el de los servicios destinados al mercado crece al 3,7%, mientras que el de la energía sube nada menos que a una tasa interanual del 8,3%. El único deflactor sectorial que se ha moderado es el de la construcción, pero continúa creciendo a tasas interanuales positivas del 0,7%, y ello a pesar del derrumbe del sector.
Segundo error: El horizonte temporal no es el adecuado
Algunos de los que señalan el peligro de deflación de la economía española basan su afirmación en la reducción observada en el IPC de los últimos meses. Pero como enseñamos a nuestros alumnos de Economía, el fenómeno de la inflación o deflación no se define utilizando un nivel de precios en un horizonte temporal de corto plazo, en este caso de dos meses, sino más bien hace referencia a la tasa de variación "sostenida" (en el medio y largo plazo) de los precios, no del nivel de precios.
Tercer error: La deflación o la inflación no es un fenómeno de corto plazo
Si algo hemos aprendido los economistas es que la inflación es siempre y en cualquier lugar un fenómeno monetario en el largo plazo. Las actuales acciones de política monetaria expansiva del BCE se han concretado en el corto plazo en medidas de reducciones rápidas y sustanciales de tipos de interés y de crecimiento extraordinario de la liquidez en la zona del euro, incluida la economía española. Ello ha coincidido en el tiempo con una extraordinaria debilidad de la demanda (y de los precios de la energía) y una aparición de tasas negativas de crecimiento de los precios. La obsesión del BCE era sostener la demanda y recuperar la oferta y el empleo en el corto plazo. Pero en el largo plazo la conjunción de un crecimiento extraordinario de la oferta monetaria de la zona euro, de elevados y crecientes déficit presupuestarios de la economía española y de la previsible depreciación nominal del euro son factores que no pueden generar un periodo de deflación, sino más bien una etapa de inflación creciente.

lunes, 18 de mayo de 2009

La tasa de morosidad de las entidades de depósito españolas sigue creciendo a ritmos muy elevados

El último Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España publicado en mayo (con datos referidos a diciembre de 2008) destaca que los activos dudosos del negocio bancario en España siguen acelerando su ritmo de crecimiento. En concreto, la ratio de dudosos total en los negocios en España - en adelante la tasa de morosidad- era tan sólo del 0,61% en diciembre de 2007, y desde entonces ha seguido creciendo, ininterrumpidamente, hasta alcanzar el 2,48% en diciembre de 2008 la cifra más alta desde 1996 (véase gráfico A). Como se puede observar en este gráfico, este rápido e intenso repunte de la morosidad es coherente con el fuerte ritmo de deterioro de la actividad y con el sustancial reducción de la tasa de ocupación de la economía española y, por tanto, la tasa de morosidad es una variable con un claro comportamiento cíclico (la morosidad está fuertemente correlacionada con el ciclo económico de la economía española). En definitiva, en el contexto actual de recesión prolongada cabe esperar que está tendencia creciente de la tasa de morosidad continué en los próximos trimestres. No obstante, este aumento de la tasa de morosidad está sesgado a la baja, ya que las reducciones sustanciales en los niveles de los tipos de interés están actuando en sentido contrario, al reducir la carga financiera de los prestatarios. Dicho de otro modo, la tasa de morosidad se hubiera situado en niveles muchos más elevados de los actuales, si este repunte de la variable no hubiera coincidido con una política monetaria del BCE que ha propiciado una importante caída de los tipos de los tipos de interés de la eurozona. No obstante, ya destacamos en otra entrada reciente del Blog que el mecanismo de transmisión ha sido incompleto.
El intenso aumento de la ratio de morosidad se ha concentrado particularmente en el crédito al sector privado residente en España, cuyos dudosos representaban en diciembre de 2008 un 94% de los totales. Así, la ratio de morosidad del crédito al sector privado residente ha pasado del 0,84% en diciembre de 2007 al 3,3% en diciembre de 2008. Los datos más recientes publicados ayer (marzo de 2009) indican que se mantiene esta tendencia al alza, situándose en el 4,17%. Desgraciadamente, los análisis de los expertos apuntan a que la morosidad del sector continuará aumentando en 2009, un año en el que podría llegar hasta el 9%, niveles récord no conocidos desde 1993 (véase gráfico A).
Resulta interesante estudiar la evolución temporal de la ratio de morosidad del crédito total al sector privado residente en España desagregada por sectores (gráfico D).
En primer lugar, se observa que los sectores más cíclicos (construcción y promoción inmobiliaria) son lo que presentan una ratio de morosidad por encima de la media en la fase depresiva actual (casi el doble), y su nivel se ha deteriorado rápida e intensamente desde el 0,58% en diciembre de 2007 hasta el 5,71% de diciembre de 2008. En segundo lugar, el impacto de la recesión económica ha incidido también negativamente en la morosidad del crédito a personas físicas (familias), que ha pasado del 1% en diciembre de 2007 al 2,8% en diciembre de 2008. En tercer lugar, dentro de este segmento, el subsegmento del crédito al consumo -tanto por su naturaleza como por el fuerte aumento del desempleo- refleja un mayor deterioro de su tasa de morosidad (4,5% en diciembre de 2008 frente al 2,08% de diciembre de 2007) que el crédito para adquisición de vivienda (2,33% en diciembre de 2008 frente al 0,69% de diciembre de 2007). La menor tasa de morosidad del crédito para adquisición de vivienda es debida a que la mayor parte de las las familias españolas tienen la vivienda habitual en propiedad, y la misma es un activo muy importante dentro del patrimonio de los hogares. Además, a diferencia de lo ocurrido en otros países avanzados (el caso de EE.UU. es el más llamativo), la compra de vivienda no ha sido normalmente financiada para destinarla a alquilar, ni se ha utilizado habitualmente la garantía hipotecaria para financiar el crédito al consumo (coches, muebles, reformas, etc..).
Por último, destacar un fenómeno nuevo de riesgo bancario asociado a esta fase bajista del ciclo económico en España. Se trata del crédito hipotecario concedido a los residentes extranjeros que, si bien tiene un peso reducido sobre el crédito para adquisición de vivienda en España (6,1% del total), su tasa de morosidad es significativamente mayor que la que se registra para el resto de residentes no extranjeros. Así, en diciembre de 2008 la ratio de morosidad para los residentes extranjeros era del 12,5%, mientras que los residentes nacionales se situó en el 1,6%.

domingo, 10 de mayo de 2009

Los precios de la vivienda en la economía americana continúan en caída libre







El catedrático de Economía de la Universidad de Yale, Robert Shiller, elaboró en 2006, a través de su empresa Macromarkets LLC, y en colaboración con Standard & Poors los índices S&P/Case-Shiller Home Price . Estos índices reflejan la evolución de los precios de las viviendas de las diez y de las veinte áreas metropolitanas más importantes del país: a) el Composite-10 (Nueva York, Boston, Washington, Miami, Chicago, Denver, Las Vegas, Los Ángeles, San Francisco y San Diego); y b) el Composite-20 (Nueva York, Boston, Washington, Miami, Chicago, Denver, Las Vegas, Los Ángeles, San Francisco, San Diego, Atlanta, Charlotte, Cleveland, Dallas, Detroit, Minneapolis, Phoenix, Portland, Seattle y Tampa). Las últimos cifras disponibles de los índices Standard & Poor's/Case Shiller Home Price corresponden a los datos relativos a febrero de 2009.

En el primer gráfico adjunto se presenta la caída de los precios de la vivienda en cada una de las ciudades americanas y en los dos índices compuestos desde su máximo o pico histórico. Phoenix es la ciudad que registra una caída mayor desde el máximo con un retroceso del -49% , seguida de Las Vegas con un -46% y de Miami y San Francisco, con una caída del -43%. Las ciudades que han registrado una menor caída de los precios de los inmuebles desde su pico histórico son Dallas (-11%), Charlotte (-11%), Denver (-13%) y Nueva York (-16%). En el segundo gráfico se muestra la tasa de variación anual de los precios de la vivienda desde 1992, mientras que en la última columna del cuadro se muestra la tasa de variación de los precios en el último año. Destacar en primer lugar, que el índice de las 20 principales ciudades recoge una caída del -18.6% de los precios de la vivienda entre febrero de 2009 y febrero del 2008, mientras que el índice de las 10 principales ciudades registras una caída interanual del -18,8%. En segundo lugar, las caídas mayores en tasa interanual de los valores de los inmuebles se registran en las áreas metropolitanas de Phoenix, Las Vegas y San Francisco, con retrocesos del -35,2%, -31,7% y del -31%, respectivamente. En el lado opuesto, con las retrocesos más bajos interanuales de los valores inmobiliarios se sitúan las áreas metropolitanas de Dallas, Denver y Boston, con caídas del -4,5%, -5,7% y -7,1%, respectivamente.

martes, 5 de mayo de 2009

Reinterpretando los principios básicos de un curso de Finanzas

El Catedrático de Economía Peter Sinclair, de la University of Birmingham, Reino Unido, reinterpreta -muy acertadamente y con alguna clave de humor- algunos de los principios básicos de un curso de Finanzas. En la segunda, tercera y cuarta columna del cuadro, el profesor ha redactado la definición de siete principios básicos, tal y como aparecerían redactados en un Manual de Finanzas, y bajo tres circustancias distintas: a) desde un punto de vista tradicional; b) durante la étapa pre-crisis financiera internacional; c) y en la actualidad.
No está de más un poco de humor en los tiempos que nos ha tocado vivir.