La economía alemana ha salido fortalecida de la crisis económica internacional, ya que después de registrar en 2009 un retroceso de su PIB real en un 4.7% ha cerrado 2010 con un impresionante crecimiento real del 3.6%, el mayor desde hace 20 años . Y las previsiones del Bundesbank indican que seguirá creciendo - aunque a menor ritmo- en 2011 y 2012; en concreto, un 2.0% y un 1.5%, respectivamente (véase cifras en el cuadro adjunto y hacer clic sobre el mismo para verlo más grande). De hecho, las estimaciones recientes del Bundesbank indican que el output gap (diferencia entre el crecimiento real y potencial) será ya nulo a finales de 2011.
El crecimiento económico alemán se ha basado en tres ejes: a) la recuperación del consumo privado por el mantenimiento del empleo, gracias a los acuerdos alcanzados entre los trabajadores y los empresarios (apoyados económicamente por el Gobierno Federal) para ajustar las horas trabajadas a la coyuntura económica adversa; b) la aportación al crecimiento del consumo público, y ello a pesar del ajuste presupuestario de 80.000 millones de euros aprobado por el Gobierno Federal para el periodo 2009-2014; c) y la recuperación de las exportaciones, que han pasado de una caída del 14.3% en 2009 a un aumento espectacular del 14.7% a finales de 2010.
Centrándonos en este último factor de crecimiento, el crecimiento real de las exportaciones alemanas del 14.7% ha sido muy superior al crecimiento real del comercio mundial de casi el 12%. ¿Qué factores explican esta rápida recuperación del sector exportador alemán? Básicamente por la conjunción de tres características específicas de este periodo de dinamismo del comercio mundial.
Por un lado, las empresas alemanas se han beneficiado del hecho de que la recuperación del comercio mundial se ha basado sobre todo en la demanda de bienes de consumo duradero y de bienes de capital de alto valor añadido, productos en los que Alemania está especializada.
Por otro lado, las empresas alemanas ha visto como crecían sus exportaciones, pero básicamente en los mercados de los países emergentes asiáticos (incluida China e India). Como se puede observar en el gráfico adjunto, las exportaciones de bienes hacia estos mercados han crecido en los tres primeros trimestres de 2010 casi un 45% en comparación con los niveles pre-crisis económica (los tres primeros trimestres de 2007). Está cifra contrasta con la caída de más del 5% en el conjunto de las exportaciones alemanas a otros regiones del mundo.
Centrándonos en este último factor de crecimiento, el crecimiento real de las exportaciones alemanas del 14.7% ha sido muy superior al crecimiento real del comercio mundial de casi el 12%. ¿Qué factores explican esta rápida recuperación del sector exportador alemán? Básicamente por la conjunción de tres características específicas de este periodo de dinamismo del comercio mundial.
Por un lado, las empresas alemanas se han beneficiado del hecho de que la recuperación del comercio mundial se ha basado sobre todo en la demanda de bienes de consumo duradero y de bienes de capital de alto valor añadido, productos en los que Alemania está especializada.
Por otro lado, las empresas alemanas ha visto como crecían sus exportaciones, pero básicamente en los mercados de los países emergentes asiáticos (incluida China e India). Como se puede observar en el gráfico adjunto, las exportaciones de bienes hacia estos mercados han crecido en los tres primeros trimestres de 2010 casi un 45% en comparación con los niveles pre-crisis económica (los tres primeros trimestres de 2007). Está cifra contrasta con la caída de más del 5% en el conjunto de las exportaciones alemanas a otros regiones del mundo.
Por último, el "boom" de las empresas exportadoras ha arrastrado a la demanda de bienes de equipo producidos en la propia economía alemana (aumento de la formación bruta en capital fijo en términos reales del 6.6% en 2010), cerrando un circulo virtuoso. A ello se ha añadido que el mantenimiento del empleo ha propiciado el aumento del consumo interno de bienes duraderos, especialmente de los automóviles, nuevamente en su mayoría fabricados en la propia Alemania.
Parece que la economía alemana ha sabido encontrar su sitio en la división internacional del trabajo, fundamentalmente en el aprovechamiento de las economías de escala de la industria de alto valor añadido de bienes de consumo duradero y de bienes de equipo.
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