El creciente aumento del déficit público del Estado y, por consiguiente, del conjunto de las AA.PP. españolas, conlleva un aumento paralelo de las necesidades de financiación del sector público. Una de las consecuencias negativas que podría ocasionar a corto y medio plazo en la economía española, es el llamado "efecto expulsión" del sector privado. En síntesis, este efecto se produciría si las crecientes necesidades de financiación del sector público son cubiertas en su mayor parte con el escaso ahorro interno (sectores residentes: instituciones monetarias y otros residentes), y no por el ahorro exterior (resto del mundo). Si este fuera el caso, las AA.PP. tendrían cubiertas sus necesidades de financiación a costa de las necesidades de financiación de otros sectores residentes (las familias y las empresas españolas). Este sería otro problema más a añadir a los factores que han generado una severa restricción de crédito interno desde el inicio de la crisis financiera internacional. Pero en relación a este problema potencial, ¿qué respuesta nos puede aportar las cifras recientes de las fuentes de financiación del Estado?
En primer lugar, en el gráfico 1 aparece la evolución temporal de los pasivos netos contraídos por el Estado y sus contrapartidas, es decir, que agente ha adquirido la nueva deuda emitida para financiar el creciente déficit público. La cifras del gráfico miden el flujo de esta financiación, a través del saldo acumulado en los 12 últimos meses (como una suma móvil). Por un lado, cabe destacar que las nuevas necesidades de financiación han crecido exponencialmente desde comienzos de 2008. Por otro lado, el efecto expulsión es "parcial", dado que las nuevas necesidades de financiación del sector público se han repartido en gran medida entre los sectores residentes (ahorro interno) y el resto del mundo (ahorro exterior).
En segundo lugar, en el gráfico 2 se presenta la evolución reciente de los pasivos netos en "circulación" del Estado. En este caso se estaría midiendo la evolución del stock de deuda pública. Nuevamente se observa que la deuda pública española ha crecido considerablemente desde comienzos del 2008. También se confirma que este aumento del endeudamiento del Estado se ha repartido proporcionalmente entre los sectores residentes y el resto del mundo.
Parece que no todos los datos son negativos, ya que los inversores internacionales han recuperado la confianza en nuestra economía (observése la caída de los flujos del exterior -línea azul- en el año 2007 y, sobre todo en el segundo semestre de ese año), están adquiriendo la nueva deuda pública emitida por el Estado (aunque a mayor coste que otros países de la zona del euro, Alemania, por ejemplo) y, en última instancia, están ayudando a limitar el posible "efecto expulsión" del sector público hacia el sector privado, en relación a las sus nuevas necesidades de financiación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario