martes, 28 de marzo de 2017

La ley de Engel en EE.UU.: la caída del gasto en alimentación y bebidas en proporción al PIB, 1947-2016


La ley de Engel es una observación empírica, realizada por primera vez en 1857 por el estadístico alemán Ernst Engel, que observó que, con un conjunto dado de gustos y preferencias de los consumidores, si aumentaban la rentas de los hogares, la proporción de la renta gastada en alimentos disminuía. O lo que es los mismo, la elasticidad-renta de la demanda de alimentos es inferior a 1. La ley de Engel no implica que el gasto en alimentos se mantenga sin cambios a medida que aumenta la renta, sino que sugiere que los hogares aumentan sus gastos en alimentos, en proporción, menos de lo que aumentan sus rentas.

La elasticidad-renta de la demanda se define como la variación de la cantidad demandada de un bien o servicio ante una variación en la renta del consumidor, sin que se produzcan cambios en los precios ni en otras variables. O lo que es lo mismo, la elasticidad-renta de la demanda mide el cambio porcentual en la demanda de un bien asociado a un cambio del 1% en la renta del consumidor. En función de la elasticidad-renta de la demanda podemos clasificar los bienes y servicios en normales e inferiores.

Por un lado, los bienes y servicios normales poseen una elasticidad-renta de la demanda positiva, lo que supone que un aumento o disminución de la renta conlleva un aumento o disminución proporcional de la demanda del bien o servicio. A su vez los bienes y servicios normales se clasifican en bienes y servicios de primera necesidad (o necesarios) y de lujo.

En primer lugar, la demanda de los bienes y servicios de primera necesidad, cuya elasticidad-renta es inferior a 1, responde de manera moderada a cambios en la renta del consumidor. Los bienes y servicios de primera necesidad se siguen demandando aunque disminuya la renta del consumidor, es decir, tienen una elasticidad-renta es baja. Esto se debe a que el consumidor adquiere la cantidad que necesita de estos bienes y servicios sin que importe mucho que su renta suba o baje. Ejemplos de estos bienes y servicios de primera necesidad son la alimentación, la ropa, los zapatos, la electricidad y las bebidas, entre otros.

En segundo lugar, los bienes superiores o de lujo, cuya elasticidad-renta es superior a 1, responde de manera más acentuada a cambios en la renta del consumidor, es decir, suelen tener una elevada elasticidad-renta. Ejemplos de estos bienes y servicios superiores o de lujo son  los productos de ocio, los viajes de vacaciones, los restaurantes de lujo, los barcos deportivos, coches y motos de gama alta y las actividades deportivas, artísticas y los espectáculos, entre otros.

Por otro lado, los bienes y servicios  inferiores tienen una elasticidad-renta de la demanda negativa. En este caso, en un bien o servicio inferior un aumento de la renta origina una disminución de la demanda del bien o servicio. O viceversa, los bienes y servicios inferiores son aquellos que cuando disminuye la renta aumenta su demanda. Un ejemplo de bien inferior es la comida rápida o el billete de autobús. En última instancia, si una persona tiene un aumento en la renta, compra menos comida rápida o utiliza menos el autobús.

En el gráfico adjunto presentamos la ratio de los gastos de los hogares de EE.UU. en alimentos y bebidas (en % del PIB) para el periodo 19476-2016.


Esta relación está prácticamente en continuo descenso, con la excepción de los períodos de recesión (señalados con las barras verticales grises) cuando las rentas de los hogares caen más de lo habitual en los ciclos de mayor desempleo o de reducción significativa de las horas trabajadas. ¡La Ley de Engel sigue viva desde 1857!

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