jueves, 27 de abril de 2023

Cambios en la ratio stock de deuda pública/PIB de la economía española y sus componentes, 2000-2024


Entrada conjunta con María A. Prats, Universidad de Murcia


En esta entrada del Blog mostramos los cambios anuales en la ratio stock de deuda pública/PIB de la economía española y sus componentes para el periodo 2000-2024 (previsiones de la Comisión Europea para 2022-2024), factores que determinan la sostenibilidad a largo plazo de la deuda pública. 

En el primer gráfico se muestra la senda temporal del stock de deuda pública de las AA.PP. según la metodología del Protocolo de Déficit Excesivo (PDE) incluido en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la zona del euro (esta es la cifra oficial que pública el Banco de España y el Banco Central Europeo sobre el total de la deuda pública española). 


Por una parte, destacar la significativa reducción desde el año 1996 hasta el año 2007, pero también el importante y persistente deterioro desde el inicio de la crisis financiera internacional en el año 2008 hasta finales de 2014. Posteriormente, en el periodo 2015-2019 se inició un leve periodo de ajuste, para luego aumentar desde el inicio de la pandemia. Con mas detalle, el stock de deuda pública según el PDE se situó a finales de 2021 en 1.427.235 millones de euros (118,4% del PIB), aún muy alejado del objetivo del Plan de Estabilidad de la zona euro del 60% del PIB. 

Por otra parte, de acuerdo con las previsiones de la Comisión Europea, el stock de deuda alcanzaría en 2022 el 114% del PIB (1.522.544 millones de euros), en 2023 el 112,5% del PIB (1.572.126 millones de euros) y en 2024 el 112,1% del PIB (1.635.463 millones de euros). La caída en % del PIB en el periodo 2022-2023 se debe al significativo crecimiento del PIB nominal (numerador de la ratio), ya que el numerador continua aumentando. Además, el aumento acumulado de la deuda pública desde el inicio de la Pandemia se estimaría en 289.680 millones de euros para el periodo 2020-2024 (19,8 puntos porcentuales del PIB previsto para 2024).

La evolución temporal del stock de deuda pública en % del PIB de España se puede descomponer en 3 componentes:

(1)

donde ∆b es la variación del stock de deuda en % del PIBdt el déficit (-) o superávit (+) público primario o el déficit público total sin incluir los pagos por intereses de la deuda (en % del PIB, ), it los tipos de interés nominales de la deuda pública (tipos de interés implícitos de la deuda pública, medidos por los pagos de intereses actuales de la deuda pública como % del stock de deuda pública al final de t-1), gt la tasa de crecimiento nominal de la economía (tasa de crecimiento real + tasa de variación de la inflación) y adft el componente “ajuste déficit-deuda”. 

La expresión implica que si se quiere reducir el stock de deuda pública en relación al PIB se deben de dar tres condiciones no excluyentes que se reflejan en los tres términos de la derecho de la ecuación: (a) se tiene que generar superávit primarios (componente que recoge el “ajuste fiscal”), dt; 0; (b) o que la tasa de crecimiento nominal de la economía (¡cuidado con la deflación que hace aumentar la deuda!) debe ser superior al tipo de interés nominal “implícito” de la deuda pública (efecto “bola de nieve” de los intereses de la deuda), gt>it; (c) o eliminar/reducir el efecto del "ajuste déficit-deuda" (adft = 0).

¿Cuál ha sido la evolución reciente de los tres componentes?

El primer término: el superávit (+) o déficit público (-) primario

Cómo se puede observar en el siguiente gráfico (hacer click sobre el mismo para verlo más grande), el superávit público primario se resiste a aparecer y se ha vuelto a deteriorar significativamente desde el inicio de la pandemia, y ello impide que se reduzca el stock de deuda pública. Por un lado, en el año 2018 se alcanzó por fin un equilibrio presupuestario primario después del periodo 2007-2017 en el que se registraron déficits público primarios (récord en 2009 con un -9,3 en % del PIB, 99.837 millones de euros). 

Las cifras de 2021 se sitúan todavía en el -4,7% del PIB (56.722 millones de euros), mientras que las previsiones para 2022, 2023 y 2024 de la Comisión Europea no son muy halagüeñas para alcanzar la meta del equilibrio presupuestario, con unos niveles de déficit público primario previstos del -2,4 -2,0 y -1,4 en %  del PIB, respectivamente.


¿Cuáles son las razones de que no se hayan podido generar suficientes superávits públicos primarios?

En primer lugar, la economía española tiene un problema conocido como "paradoja fiscal": tenemos tipos impositivos altos en relación a los países de la zona euro pero a la vez la recaudación fiscal es menor en todas las figuras impositivas. 

Las causas están en el mayor fraude fiscal (las últimas estimaciones de la Comisión Europeapara 2020 sitúan el fraude fiscal en el IVA en España en el 0,3% del PIB; 3.396 millones de euros y el 4,7% de la recaudación potencial) y en el exceso de beneficios fiscales (o gastos fiscales) que generan una "insuficiencia recaudatoria"

Recordemos que los llamados gastos fiscales o tributarios (beneficios fiscales en términos de los Presupuestos Generales del Estado) son el conjunto de deducciones, exenciones, desgravaciones, reducciones e incentivos de las distintas figuras tributarias (IVA, IRPF e impuesto de sociedades, fundamentalmente). Suponen un importante coste en términos de recaudación impositiva y que en la mayoría de los casos tienen además efectos perversos negativos sobre la equidad y la eficiencia impositiva.

Por un lado, en los Presupuestos Generales del Estado para 2023 se prevén unos beneficios fiscales totales de 45.269 millones de euros, que suponen una pérdida de recaudación fiscal asumida ex-ante y legal en todos las figuras impositivas, tal y como se puede ver en el siguiente cuadro. 




Por otro lado, como se puede observar en los dos gráficos siguientes, nuestra recaudación de impuestos y de cuotas a la seguridad social en % del PIB a finales de 2021 (sin incluir transferencias de corrientes cobradas: tasas, multas, recaudación del juego, etc..) es del 39%, por debajo de la media de la UE-27 (41,7%) y de la zona euro (42,2%).

De hecho, recaudamos mucho menos que Francia (47%) e Italia (43,6%), e incluso que Grecia (41,5%). Alcanzar la media de la zona euro hubiera supuesto a finales de 2021 unos ingresos impositivos adicionales potenciales de 3,2 puntos porcentuales del PIB nominal o 38.562 millones de euros.



Con mas detalle, los datos del siguiente gráfico nos indican que se podría recaudar más, hasta alcanzar la media de la zona euro, en todas las figuras impositivas, impuestos indirectos (IVA e impuestos especiales), el IRPF, el impuesto de sociedades y las cuotas a la seguridad social.


En segundo lugar, los recientes déficits de la Seguridad Social (Sistema de la Seguridad Social + SEPE + FOGASA) no ayudan a generar superávits públicos primarios, tal como muestra el siguiente gráfico.


La Seguridad Social  ha entrado en déficit persistente y creciente desde el año 2012. El conjunto de la Administración de la Seguridad Social acabó en 2022 en términos de Contabilidad Nacional con un déficit de 6.540 millones de euros, lo que equivale al 0,5% del PIB. 

Para 2023 la AIReF preve un aumento del déficit hasta el 0,7% del PIB (9.687 millones de euros). El incremento del déficit en 2023 se explica principalmente por la revalorización de las pensiones con el IPC del año 2022, estimado por la AIReF en un 8,9%. Este incremento del gasto se ve paliado por el aumento de los ingresos, tanto de las cotizaciones por la entrada en vigor del Mecanismo de Equidad Intergeneracional como de las transferencias del Estado por las decisiones tomadas en el Pacto de Toledo (los llamados gastos impropios).

La acumulación de déficits de la Seguridad Social ha provocado que su deuda con el Estado aumente considerablemente. Con más detalle, un parte del gasto en pensiones se ha financiado, por un lado, mediante operaciones entre la Administración Central y las Administraciones de la Seguridad Social y, por otro, con la enajenación de las tenencias del Fondo de Reserva de la Seguridad Social de deuda emitida por el Estado. De este modo, la deuda de las Administraciones de la Seguridad Social ascendía a finales de 2022 a un montante de 106.178 millones de euros (102.970 millones de euros de deuda neta de activos financieros frente a Administraciones Públicas y 3.208 millones de euros del Fondo de Reserva de la Seguridad Social).

El segundo término: el "efecto bola de nieve"

Cómo se puede observar en el siguiente gráfico, el "efecto bola de nieve" se volvió negativo (los tipos de interés nominales de la deuda pública eran superiores al crecimiento nominal de la economía) en el periodo 2008-2014 tras el inicio de la crisis financiera internacional. Y ello provocó una importante acumulación de deuda pública en % del PIB. Posteriormente, en el periodo 2015-2019 se registró un signo positivo (la tasa de crecimiento nominal era superior a los tipos de interés nominales) lo que propiciaba una caída de la ratio deuda pública/PIB. 

Destacar que la pandemia ha provocado en el año 2020 el mayor "efecto bola de nieve" de la historia reciente de la economía española, y la consiguiente acumulación de deuda pública en proporción al PIB. Mientras los tipos de interés nominales continuaban cayendo hasta el 1,9%, el crecimiento nominal de la economía se hundía en un nivel del -9,8%.

Aunque la Comisión Europea pronostica una desaparición del "efecto bola de nieve" para 2022-2024, en el horizonte aparecen peligros potenciales para que suban los tipos de interés nominales de nuestra deuda pública (y aparezca nuevamente el temido efecto). Estos cambios vendrían generados por tres factores: (1) el cambio de rumbo de la política fiscal en EE.UU. (mayores déficits públicos que provoquen mayores tipos de interés de los bonos de deuda pública); (2) que la Fed continue subiendo sus tipos de interés; y (3) que el BCE continue aumento sus tipos de interés y que ya no vuelva a comprar la deuda pública española, lo que genere un mayor coste de financiación del Tesoro Público de España.


El tercer término: el "ajuste déficit-deuda"

El "ajuste déficit-deuda" recoge aquellas operaciones financieras que aumentan la deuda pero no tienen efecto en el déficit público. Desde el punto de vista contable, registra la necesidad de financiar la adquisición neta de activos financieros de las AA.PP. 

El "ajuste déficit-deuda" provocó desde 2000 a 2007 un aumento sustancial del stock de la deuda en proporción al PIB. Desde 2015 este término no ha generado apenas aumento del stock de la deuda publica en % del PIB, excepto de una manera puntual en el periodo 2012-2014, y en mayor medida en 2020. 

En el periodo 2012-2014 un aumento del stock de la deuda en proporción al PIB con operaciones de endeudamiento que no tenían origen en los presupuestos públicos y entre las que destacan:
  • FEEF (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera): préstamos al rescate de Irlanda, segundo rescate de Grecia, y rescate a Portugal.
  • Participación en el MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera): sustituye al FEEF para futuros rescates.
  • FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria): constitución del Fondo.
  • FADE (Fondo de Amortización del Déficit Eléctrico): pasivos emitidos para cubrir el déficit de la tarifa eléctrica.
En año 2020 se volvió a disparar este término, ya que el Estado emitió deuda pública (asumió deuda pública de otros entes del sector público) para financiar operaciones que no tienen nada que ver con los presupuestos públicos (4,1 puntos porcentuales sobre el PIB, 46.000 millones de euros).  Destacan por su importancia cualitativa, la contabilización de los gastos extraordinarios relacionados con la reclasificación de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) al pasar de empresa pública a AA.PP. por imperativo de la Unión Europea (34.182 millones de euros de nueva deuda pública, prácticamente todo el ajuste déficit-deuda). Al final la deuda acumulada y "camuflada" en una empresa pública (derivada del boom inmobiliario) ha terminando aflorando. También se ha contabilizado las indemnizaciones por el cierre del almacén submarino de gas Castor (638 millones de euros de nueva deuda pública) que destacan por su importancia cualitativa por la mala gestión del Estado.

Después de que en el año 2021 este término fuera ligeramente negativo, se prevé que en el periodo 2022-2023 vuelva a cifras poco significativas.

La descomposición de la variación del stock de deuda pública en % del PIB en los tres términos

En el siguiente gráfico se muestra la contribución histórica y prevista al cambio anual de la ratio stock deuda pública/PIB desde 2000 a 2024 de  cada uno de los tres términos señalados anteriormente en la expresión [1].


En primer lugar, durante el periodo del "boom" de la construcción (2000-2007), el stock de deuda publica/PIB se reduce anualmente y el único componente que hace aumentar esta ratio es el término del "ajuste déficit-deuda" (se registró una caída de 25,2 puntos porcentuales del stock de deuda/PIB en el conjunto de este periodo).

En segundo lugar y, por el contrario, en el periodo 2008-2014 la ratio crece anualmente de manera significativa, fundamentalmente por la aparición de déficits públicos primarios y por el efecto "bola de nieve" de los años 2012 y 2013 (subida de 65 puntos porcentuales del stock deuda pública/PIB en el conjunto de este periodo).

En tercer lugar, en el periodo 2015-2019 el stock de deuda pública/PIB se estabiliza ligeramente por debajo del 100%, ya que los tres componentes se comportan de manera moderada o se reducen, y sus efectos sobre la variación de la ratio son muy bajos (caída de 5,1 puntos porcentuales del stock deuda pública/PIB en el conjunto de este periodo).

En cuarto lugar, los efectos de la pandemia del COVID-19 se hacen notar de manera importante en el año 2020 al registrarse una subida de 24,5 puntos porcentuales del stock deuda pública/PIB. Este fuerte incremento se debe tanto a los efectos negativos del elevado déficit público primario, del enorme "efecto bola de nieve", pero también de un importante efecto negativo del término "ajuste déficit deuda". 

Por último, para el periodo 2022-2024 se prevé una ligera caída del stock de deuda pública/PIB de 6,3 puntos porcentuales, ya que los efectos negativos de los déficits públicos primarios se verán compensados por el efecto positivo del término tipos de interés nominales-crecimiento nominal de la economía (efecto "bola de nieve") y por el efecto casi neutral del "ajuste déficit-deuda".

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Como citar esta entrada del Blog:

Vicente Esteve y María A. Prats, "Cambios en la ratio stock de deuda pública/PIB de la economía española y sus componentes, 2000-2024", Universidad de Valencia, Blog Viaje al Fondo de las Finanzas Internacionales, 27/4/2023,
http://vicenteesteve.blogspot.com/2023/04/cambios-en-la-ratio-stock-de-deuda.html

sábado, 22 de abril de 2023

Márgenes empresariales, una nota adicional


Rafael Myro, Universidad Complutense de Madrid

Este post se publicó en el blog (bAg): Blog de Economía de la Aldea Global el 20 de febrero de 2023. Fruto del acuerdo de colaboración entre este blog y el blog Viaje al Fondo de las Finanzas Internacionales, cada trimestre reproduciremos en nuestro blog algunos post que, por su temática, también pueden ser interesantes para nuestros lectores.

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En un reciente artículo publicado en este Blog (aquí), el Profesor Vicente Salas ofrece un interesante análisis de la evolución de los márgenes empresariales de las empresas no financieras, que complementa muy bien al que presento yo, referido al conjunto de la economía, en una entrada previa (aquí). Le estoy agradecido por su aportación, que permite comprender mejor lo ocurrido en las empresas y en la economía española durante los tres últimos años.

De haber contado con información del cuarto trimestre de 2022, probablemente su análisis habría mostrado una recuperación completa de los beneficios empresariales, ya que en ese trimestre registraron un importante alza, como muestra el siguiente gráfico comparable al suyo, de márgenes brutos (sin impuestos) sobre el PIB corriente, medido a precios de mercado. Así lo corroboran también los datos ofrecidos por el Director de Economía y Estadística del Banco de España en una comparecencia pública realizada hace unos días (aquí, páginas 57 y 58).


Por otra parte, como el profesor Salas señala acertadamente, mi análisis dista de atribuir el alza de los márgenes empresariales a prácticas abusivas de las empresas; aunque en contextos inflacionarios como el actual, tales prácticas encuentran un espacio propicio para desplegarse, es dudoso que contribuyan a explicar de manera significativa la elevación del nivel general de precios que ha tenido lugar. En mi opinión, ha sido un contexto especial, más expansivo en demanda interior y exterior de lo esperado, y con restricciones de oferta en diferentes mercados, el que ha permitido que los márgenes se hayan recuperado sin que aún lo haya hecho la actividad productiva.

De hecho, como señalo en mi artículo inicial, tanto las rentas del trabajo, como los márgenes empresariales, han perdido valor real, en una cuantía muy similar y acorde al alza en los costes de los productos importados. Pero las evoluciones han sido dispares: los márgenes empresariales se redujeron sensiblemente con la pandemia, para restablecerse después, en parte gracias la elevación de los precios, mientras que las rentas de los trabajadores han mantenido una evolución más estable, comportándose casi como un coste fijo, como bien señala el profesor Salas.

Por lo demás, como puede comprobarse en el cuadro que figura a continuación, los salarios españoles han evolucionado en línea con los europeos en los últimos tres años, sosteniendo la competitividad en precios de nuestra economía, un resultado nada despreciable (los cálculos para 2022 que ofrece Eurostat se refieren a los tres primeros trimestres).

            Evolución de los Costes Laborales Unitarios
(tasas medias de variación para el período 2019-2022)
SalariosPvdadCLU
Alemania2,6-0,12,7
Francia 2,1-0,62,7
Italia2,10,12,0
España2,0-1,13,1
Fuente: Eurostat