martes, 15 de septiembre de 2015

Convergencia real en la Unión Europea y en la zona del euro, 1999-2014


El Banco Central Europeo (BCE) acaba de publicar un informe sobre la convergencia real de las economías del conjunto de la Unión Europea (UE-28) y de las 12 economías de la zona del euro. El estudio cubre el período desde la implantación de la moneda única en 1999 hasta el año 2014. Una de las ventajas que se esgrimió para la creación del euro fue que se impulsaría la convergencia real de las economías (o la convergencia de los niveles de renta per cápita). Pero ha ocurrido lo contrario.

La convergencia real se mide habitualmente por el PIB real per cápita (en adelante niveles de renta). La convergencia real sostenible es el proceso que propicia que los niveles de PIB per cápita de las economías de renta más baja se aproximen de forma permanente con los de las economías de renta más alta. 

En la literatura académica relacionada con el crecimiento económico, la convergencia real se mide con dos indicadores complementarios: la convergencia beta (conocida también como β-convergencia) y la convergencia sigma (conocida también como σ–convergencia). El primer tipo de convergencia se produce cuando las economías de renta más baja crecen más rápidamente que las de renta más alta, por lo que experimentan un proceso de convergencia económica real. Este indicador se mide en términos de PIB relativo per cápita en paridad de poder de compra (PPC) (en inglés, GDP per capita in PPS). El segundo indicador se refiere a una reducción de la dispersión de los niveles de renta entre las economías.

La convergencia real implica que los países de renta más baja puedan crecer de forma sostenible a un ritmo más rápido que los países de renta más alta y, como resultado, se producirá la convergencia de sus niveles de renta con los de los países de renta más alta. Por ello,  la convergencia real corresponde, esencialmente, a la dimensión β de la convergencia, siendo la convergencia σ una condición necesaria para la convergencia β. 

En el primer gráfico se representa una aproximación a la convergencia real con el concepto de convergencia beta desde el inicio del euro entre los países de la UE-28 y en los países de la zona del euro. [1] [2] [3]

En el eje horizontal se representa el PIB relativo per cápita en paridad de poder de compra de cada país en 1999 respecto a la media de la UE-28 y en el eje vertical se representa el cambio de ese indicador entre 1999 y 2014.


Del análisis de los datos del gráfico anterior cabe destacar que si ha habido convergencia real en el conjunto de la UE-28 (triángulo verde) entre 1999 y 2014, aunque este resultado muestra procesos de convergencia y divergencia entre los distintos países. En primer lugar, los países de la UE-28 que no pertenecen a la zona del euro (triángulo rojo) y aquellos países que entraron en la zona euro después de 2002 (círculos amarillos) muestran mejor comportamiento relativo en relación al proceso de convergencia real que los 12 países pioneros de la zona del euro (Euro 12, cuadrados azules oscuros y claros). En segundo lugar, los países que muestran mejor grado de convergencia real con la media de la UE-28 son Estonia, Letonia, Lituania, Rumania y Eslovaquia, seguidos por el resto de países del grupo de la Europa Central y Oriental (en inglés, CEE = Central and Eastern Europe). Por último, no se ha producido un proceso de convergencia real entre los 12 países que adoptaron el euro en 1999 y posteriormente en 2001. Por último, en el lado opuesto destacar la divergencia en la renta per cápita registrada en España y Portugal (sólo han logrado mantenerla) y el aumento significativo de la divergencia (Grecia y especialmente Italia). 

En el segundo gráfico se aproxima la convergencia sigma, es decir, la dispersión de los niveles de renta entre las economías.


Como muestran los datos del gráfico anterior, se ha producido convergencia sigma entre el conjunto de los países de la UE-28, pero también una caída de la convergencia sigma en los 12 países pioneros de la zona del euro (Euro 12).

El informe del BCE destaca el conjunto de factores que han impedido la convergencia real entre los 12 países que adoptaron el euro en 1999 y 2001 (Euro 12): a) la debilidad de las instituciones nacionales (baja efectividad de las políticas y de las gobernanzas, baja calidad de las regulaciones medioambientales y elevada economía sumergida, entre otros); b) las rigideces estructurales en los mercados de productos y trabajo); c) la débil respuesta de la política económica a los ciclos alcistas de los precios de los activos (especialmente en la vivienda y la construcción) y al excesivo endeudamiento de las familias y empresas no financieras; d) y el débil crecimiento de la productividad.

Centrémonos en el papel  clave del crecimiento de la productividad en el proceso de convergencia económica real.  En el siguiente gráfico se muestra la relación entre la renta per cápita en 1999 y el cambio en el crecimiento de la Productividad Total de los Factores (PTF) (en inglés, TFP Total Factor Productivity) de cada país entre 2014 y 1999.  Recordemos que la PTF mide la eficiencia con la que el factor trabajo y el factor capital se utilizan en el proceso de producción y, por lo tanto, aproxima  la contribución del progreso técnico al avance del crecimiento de la productividad del trabajo y, en última instancia, al crecimiento real y potencial de la producción en el largo plazo.


En primer lugar, los países de la UE-28 con niveles relativos de renta per cápita más bajos tienden a exhibir un mayor crecimiento de la PTF, lo que ayuda al proceso de convergencia real en el conjunto de la Unión Europea, aunque este resultado muestra comportamientos heterogéneos en la evolución de la PTF entre los distintos países.

En segundo lugar, los países pioneros de la zona del euro (Euro-12) con niveles de renta iniciales más altos (Alemania, Austria, Holanda, Francia, Bélgica, Finlandia) incluso han tendido, en promedio, a registrar un mayor crecimiento de la PTF que los países de la zona euro con niveles de renta más bajos (España, Portugal y Grecia).  Resulta sorprendente, que a pesar de los importantes flujos financieros canalizados hacia los países de bajos ingresos desde el inicio de la moneda única (en forma de créditos e inversiones netas del resto de la zona del euro)  estos flujos de capital no han logrado generar un proceso de convergencia de la productividad en el período anterior a la crisis económica y financiera de 2008, y ello ha dificultado, sin duda, el proceso de convergencia real. La crisis ha puesto de manifiesto que la abundancia de flujos de capital en los países con niveles de renta más bajos de la zona del euro no ha podido contribuir a una convergencia real sostenible en el tiempo. La causa está en que estos flujos de capital se asignaron de forma ineficiente en sus economías en sectores que no impulsaron la PTF (construcción y vivienda, exceso de consumo apoyado en abundante y barato crédito bancario, gasto público corriente ineficiente).

En tercer lugar, el comportamiento de la evolución de la PTF de Italia es muy negativo para su economía, ya que es el único país (junto a Chipre) que registra una caída de la productividad en el período 1999-2014. Este comportamiento explica en gran medida la significativa divergencia real de su economía con el resto de países de UE-28 que se observó en el primer gráfico.

Finalmente, hay que recordar que para que la convergencia real sea sostenible en el tiempo, el crecimiento del PIB potencial per cápita a largo plazo ha de ser compatible con una expansión de la demanda agregada, circunstancia que no está ocurriendo en algunas de las economías europeas.

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[1] Países de la zona del euro 12 representados con un cuadrado azul claro: FI = Finlandia, IE = Irlanda, DE = Alemania, AT = Austria, NL = Holanda, BE = Bégica, FRA = Francia. Países de la zona del euro representados con un cuadrado azul oscuro: PT = Portugal, GR = Grecia, ES = España, IT = Italia. Luxemburgo de los 12 países del euro porque su PIB per cápita está sesgado por el elevado número de trabajadores que cruzan la frontera para trabajar en su territorio.
[2] Otros países de la zona del euro 18 (no euro 12) representados por un circulo amarillo: LT = Lituania, EE = Estonia, LV = Letonia, SK = Eslovaquia, SI = Eslovenia, MT = Malta, CY = Chipre.
[3] Resto de países de la UE-28 que no forman parte de la zona del euro representados por un triángulo rojo: RO = Rumania, BG = Bulgaria, PL = Polonia, HU = Hungría, HR = Croacia, SE = Suecia, DK = Dinamarca, UK = Reino Unido, CZ = República Checa.







martes, 19 de mayo de 2015

Tendencia a largo plazo de la tasa de actividad de los EE.UU., 1948-2015



La tasa de participación de la fuerza laboral (o tasa de actividad en las estadísticas españolas) es el porcentaje de la población estadounidense de 16 años o más que trabaja o que busca trabajo (se excluye los menores de 16 años, el personal militar y los individuos sin libertad en prisiones y en otras instituciones).

La dinámica reciente de la tasa de participación de la fuerza laboral en EE.UU. es uno de los principales problemas a los que se enfrenta en la actualidad la economía americana, ya que el crecimiento de esta variable es uno de los factores determinantes del crecimiento económico a largo plazo.

El crecimiento económico a largo plazo puede ser aproximado por la evolución de la renta per cápita, macromagnitud que depende de la evolución de tres factores (los dos primeros económicos y el último demográfico):

PIB/población total = (PIB/población ocupada) x (población ocupada/población activa) x (población activa/población total)

o equivalentemente [1]:

renta per per cápita = productividad aparente del trabajo x tasa de ocupación x tasa de participación de la fuerza laboral

En dos gráficos adjuntos se presenta la evolución de la tasa de participación de la fuerza laboral en EE.UU. en el periodo 1948-2015 (último dato abril) y su evolución desde el inicio de la Gran Recesión de 2008 hasta la actualidad.



Durante la "época de oro", de 1960 a 1990, la tasa de participación de la fuerza laboral aumento constantemente, pasando del 59,7% al 66,4%. Ese aumento espectacular fue consecuencia de la llegada a la edad adulta del "baby boom" de la posguerra (II Guerra Mundial) y el importante crecimiento de la fuerza laboral femenina.

En la década 1990-2000, la tasa de participación de la fuerza laboral fue creciendo pero a un ritmo muy lento, alcanzando su máximo histórico en el año 2000, con un 67%. Esto fue consecuencia de la llegada a la jubilación de la generación de la posguerra y la caída de las tasas de participación de la fuerza laboral femenina.

Desde el año 2000 hasta la actualidad, incluyendo por tanto el periodo de la Gran Recesión iniciado a finales de 2007, la tasa de participación de la fuerza laboral inició una senda descendente hasta situarse en abril de 2015 en el 62,8%, el dato más bajo desde 1978.

¿Qué parte de esta disminución de la tasa de participación de la fuerza laboral en EE.UU. se debe a causas estructurales y a causas cíclicas?

En un reciente estudio del FMI [1] se muestra que los cambios estructurales, fundamentalmente el envejecimiento de la población, han provocado casi el 50% del descenso de la tasa de participación de la fuerza laboral después de 2007, mientras que los factores cíclicos (oferta de empleos y la dinámica de los salarios) representan entre un 30-40% del descenso.

El resto del descenso de la tasa de participación desde finales de 2007 es consecuencia de la caída de la participación de la fuerza laboral de la población joven (por  la disminución  del número de estudiantes que trabajan además de estudiar) y por el aumento de las solicitudes del seguro de discapacidad de la población de más de 50 años.

El estudio es pesimista respecto a la posibilidad de revertir el descenso de la tasa de participación de la fuerza laboral desde finales de 2007. Sólo un tercio de los 3,8 puntos porcentuales podría ser reversible mientas que el otro tercio seguirá condicionado por las tendencias demográficas.

Aunque no es posible revertir los factores demográficos si que se podrían anular los factores cíclicos mediante una combinación de las siguientes políticas:
  • Políticas macroeconómicas que impulsen el crecimiento económico, propicien la fortaleza del mercado laboral, la recuperación de los salarios y que la población vuelva nuevamente a la fuerza laboral (población activa).
  • La mejora de los programas de formación y de búsqueda de empleo.
  • La mejora de los programas de beneficios familiares para el cuidado de los hijos, para ayudar al aumento de las tasas de participación de la fuerza laboral femenina.
  • Una reforma de las leyes de inmigración que de oportunidades a inmigrantes altamente cualificados para reforzar a la parte de la fuerza laboral más envejecida.
En síntesis, el problema a largo plazo del crecimiento a largo plazo de la renta per cápita de la economía americana no es sólo dar un mayor impulso al crecimiento de la productividad del trabajo y de la tasa de ocupación (factores económicos), sino también revertir la tendencia a la baja de la tasa de participación de la fuerza laboral (factor demográfico).

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[1] IMF (2014): "Recent US Labor Force Participation Dynamics: Reversible or Not?", United States. Selected Issues.


miércoles, 29 de abril de 2015

Aprobado el ambicioso Acuerdo de Libre Comercio entre Australia y China



A finales de 2014, y casi 10 años después del inicio de las negociaciones, China y Australia firmaron un ambicioso acuerdo de libre comercio, conocido por sus siglas en inglés (China-Australia Free Trade Agreement, ChAFTA). Para Australia, la aprobación del ChAFTA,  representa otro éxito en su reciente política comercial, ya que a principios de 2014 ya firmó acuerdos de libre comercio con Corea del Sur (Korea Australia Free Trade Agreement, KAFTA) y con Japón (Japan Australia Economic Partnership Agreement, JAEPA). Por su parte, China ha hecho importantes concesiones a Australia, especialmente en la liberalización de los servicios y en las exportaciones agrícolas.

Estos son las principales partes del acuerdo ChAFTA:

Aranceles

- En la actualidad algunas exportaciones australianas tienen aranceles del 40%, pero en el horizonte de 4 años después de la entrada en vigor del acuerdo, el 93% de los productos estarán libres de aranceles.

- Los recursos naturales minerales y energéticos (70% del total de las exportaciones de Australia a China, 90.000 millones de dólares americanos) tendrán arancel cero. También tendrán arancel cero los productos manufacturados australianos. 

Agricultura

Australia ha obtenido sustanciales ventajas comerciales para sus exportaciones agrícolas a China, lo que otorga ventajas competitivas frente a otros grandes productores agrícolas como los EE.UU.:
  • Un número elevado de productos lácteos no tendrán aranceles dentro de 9 años y carecerán de cláusulas de salvaguardia (excepto la leche en polvo).
  • La carne de vacuno y de cordero no soportarán aranceles dentro de 9 y 8 años, respectivamente, aunque la carne de de vacuno estará sujeta a controles de seguridad.
  • El vino australiano estará libre de aranceles dentro de 4 años, así como la mayoría de las frutas y hortalizas.
Servicios

China ha hecho importantes concesiones al sector servicios de Australia en diferentes ámbitos:
  • En los servicios financieros, los bancos australianos sólo tendrán que esperar 1 año (en lugar de 3) para participar en los servicios locales. Sin embargo, los bancos australianos sólo podrán aceptar depósitos de más de 1 millón de yuanes, y no podrán dar préstamos a personas físicas chinas.
  • En lo que respecta a los seguros, las compañías australianas ya podrán ofrecer seguros del automóvil, aunque con algunas limitaciones. Esta cuestión es un importante avance para las compañías de seguros australianas si se considera el tamaño del mercado chino del automóvil (154 millones a finales de 2014).
  • En el campo de los servicios de salud, las empresas australianas tendrán un acceso privilegiado a este sector que está en plena expansión en China, con la capacidad de construir y gestionar hospitales y residencias de ancianos (con la propiedad totalmente extranjera).
  • En el sector de los profesionales, los bufetes de abogados australianos podrán establecer asociaciones comerciales con firmas de abogados chinos en la Zona de Libre Comercio de Shanghai (SFTZ), y podrán asesorar a los clientes en toda China. La SFTZ también estará abierta a empresas australianas que inviertan en determinados servicios del sector de telecomunicaciones, junto con empresas conjuntas en servicios de procesamiento de datos en línea. Este acuerdo abre importantes oportunidades de negocio para la industria de las TIC (sector de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación) de Australia.
Inversiones

- Una de las principales concesiones hechas por China es que todas sus empresas estatales todavía tendrán que someterse a revisión de seguridad nacional antes de invertir en Australia, aunque China consiguió el aumento que querían en el umbral para las revisiones obligatorias de las adquisiciones chinas de empresas del sector privado de Australia: la cifra se elevó a mil millones de dólares americanos.

- También se acordó que la solución de posibles disputas entre el inversor chino y el Estado australiano se llevarían al International Centre for Settlement of Investor Disputes (ICSID), órgano de resolución de desacuerdos del Grupo del Banco Mundial.

Concesiones de Australia a China

Como Australia ya es un mercado bastante abierto, los beneficios para los exportadores de China serán relativamente pequeños. Australia eliminará el resto de las barreras al comercio para los productos agrícolas, aunque en algunos casos particulares con periodos transitorios. Todos los aranceles que recaen en la actualidad en los productos electrónicos de chinos también serán eliminados.

miércoles, 8 de abril de 2015

El crecimiento económico necesita estabilidad política, fortaleza institucional y una buena gestión de la política económica: Venezuela vs. Colombia y Ucrania vs. Bielorrusia


Encontrar la manera de acelerar el crecimiento económico es un prioridad máxima de todos los gobiernos. Los economistas hemos llegado al consenso de que para fomentar el crecimiento económico hay que crear un marco propicio para impulsar el emprendimiento y la inversión productiva. Y para lograr este objetivo son imprescindibles la disciplina macroeconómica (financiera, fiscal y monetaria), la promoción de la competencia y flexibilidad de los mercados, pero también es fundamental la fortaleza institucional y la estabilidad política.

En está entrada del Blog vamos a ocuparnos de dos países que han fracasado en comparación con sus dos vecinos en la generación de un crecimiento económico significativo y sostenible en el tiempo. La clave del fracaso y del éxito ha sido la presencia o la ausencia de fortaleza institucional y de una buena gestión de la política económica.

En el primer gráfico se muestra la evolución del PIB per cápita real (dólares americanos de 2005) de la República Bolivariana de Venezuela y Colombia de 1960 a 2013. La República Bolivariana de Venezuela ha pasado de 5939 dólares per cápita en 1960 a 6401 dólares per cápita en 2013. Ello supone un aumento de tan sólo el 7,78% en 54 años y una tasa de crecimiento real media anual acumulativa del +0,13%. Por el contrario, su vecina Colombia ha pasado de 1452 dólares per cápita en 1960 a 4394 dólares per cápita en 2013. Ello supone un aumento del 471% en el mismo periodo y una tasa de crecimiento real media anual acumulativa +2%. El mayor crecimiento económico se ha registrado desde 2002 a 2013 (una tasa de crecimiento real media anual acumulativa del +2,9%), periodo del impulso de las negociaciones con la guerrilla para poner fin al conflicto armado interno.


En el segundo gráfico se muestra la evolución del PIB per cápita real (dólares americanos de 2005) de Ucrania y Bielorrusia de 1990 a 2013. Ucrania ha pasado de 2640 dólares per cápita en 1960 a 2138 dólares per cápita en 2013. Ello supone una caída del 19% en 24 años y una tasa de crecimiento real media anual acumulativa del -0,87%. Por el contrario, su vecina Bielorrusia ha pasado de 2329 dólares per cápita en 1990 a 4913 dólares per cápita en 2013. Ello supone un aumento del 111% en el mismo periodo y una tasa de crecimiento real media anual acumulativa del +3,11%.


martes, 17 de marzo de 2015

El balance financiero de los hogares de los países de Europa occidental en 2013


El grupo asegurador alemán Allianz ha publicado recientemente la tercera edición del informe "Allianz Global Wealth Report 2014", el que se presenta un ranking mundial de países según los activos financieros netos per cápita (o riqueza financiera neta = activos-pasivos) a finales de 2013.

En el estudio se incluyen 53 países clasificados en 3 grupos según la riqueza financiera neta per cápita (ver cuadro adjunto; hacer clic sobre el mismo para verlo más grande): i) 18 países de riqueza financiera neta alta (HWC), con más de 31.800 euros por habitante; ii) 19 países de riqueza financiera neta media (MWC, grupo de España), situados en un rango de 5.300-31-800.500 euros por habitante; y iii) 16 países de riqueza financiera neta baja (LWC), con menos de 5.300 euros por habitante.


España ocupa el puesto 20 entre los países más ricos del mundo, con unos activos financieros per cápita de 21.989 euros. El ranking lo encabeza Suiza con 146.540 euros, seguido de EE.UU. con 119.565 euros y de Bélgica con 78.302 euros.

Centrándonos en Europa Occidental, en el siguiente gráfico presentamos el ranking por países de la riqueza financiera neta de los hogares. España se sitúa en la parte baja del ranking europeo debido al rápido crecimiento de los pasivos financieros (endeudamiento) del sector privado en los últimos diez años. En concreto, la economía española se sitúa en el puesto 13, solamente por encima de Finlandia, Grecia y Noruega (el número entre paréntesis se refiere a la posición de cada país en el ranking mundial).



En el siguiente gráfico se muestra la distribución en % del total activos financieros de los hogares de los estos países europeos por tipos de instrumentos: depósitos bancarios, pólizas de seguros y fondos de pensiones, acciones y otros activos financieros.




Las pólizas de seguros y las pensiones son los activos favoritos que acumulan en su riqueza financiera los hogares de Europa occidental, aunque los depósitos bancarios continuando representando un tercio de sus activos financieros a finales de 2013. En el lado opuesto se sitúan las acciones, cuyo peso en el total de activos se ha reducido 12 puntos porcentuales en el período 2000-2013. Si comparamos el comportamiento individual, podemos observar que la distribución de los activos financieros de los hogares es muy heterogénea. En cuanto a las acciones, oscila su participación entre el 12,6% del Reino Unido al 47,5% de Italia, mientras los depósitos son mayoritarios en las carteras de activos de los hogares de Grecia (63,8%), España (46,9%) y Austria (45%).

En el siguiente gráfico se muestra el cambio en porcentaje y en euros per cápita de los activos financieros brutos de los hogares de Europa Occidental desde 2007 a 2013.



Los datos no dejan duda. La crisis financiera ha golpeado fundamentalmente a los hogares de los países de la periferia europea (Grecia, España, Italia y Portugal), pero con más fuerza a los hogares de Grecia y España que no han podido recuperar todavía sus niveles de riqueza financiera previos a la crisis financiera internacional. Esta situación contrasta con los hogares de Suecia y de Noruega, que lideran el ranking con una mejora de su riqueza financiera bruta del 36,3% y del 35%, respectivamente.

En el último gráfico se muestra el nivel de la ratio deuda/PIB y de la deuda per cápita de las hogares de los países de Europa occidental a finales de 2013. Aquí también la divergencia entre los países es muy significativa.


Por una parte, los países que tienen mayor deuda per cápita son Suiza, Noruega y Dinamarca, con 75.490 euros, 66.990 euros y 64.910 euros, respectivamente, aunque también son algunos de los países con mayores rentas per cápita. España se sitúa por debajo de la media (24.730 euros), con una deuda per cápita de 18.051 euros. Por otra parte, lideran el ranking de los países con un mayor porcentaje de deuda de los hogares en relación al PIB, Dinamarca, Holanda y Suiza, con el 146%, 139,6% y 123,9%, respectivamente.  España se sitúa ligeramente por encima de la media, con una ratio deuda/PIB del 75,2%.




domingo, 1 de marzo de 2015

¿Se ha formado una burbuja en los mercados de deuda pública?


Robert J. Shiller, catedrático de Economía de Yale University y premio Nobel de Economía de 2013, acaba de publicar la tercera edición de su libro "Exuberancia Irracional", material obligatorio de lectura para los estudiantes de Macroeconomía y de Finanzas.

En la primera edición de este libro libro, publicado en el año 2000, ya advirtió proféticamente en el capítulo 1 ("The stock market in historical perspective") que los precios de las acciones estaban excesivamente caros y que se estaba gestando una burbuja en el mercado de valores de EE.UU. que tarde o temprano estallaría. La cima de la burbuja se alcanzó el 10 de marzo de 2000, cuando el mercado de empresas tecnológicas que formaban parte del índice Nasdaq composite llegó al punto máximo de 5048,62 puntos. Entre el 10 de marzo de 2000 y el 30 de septiembre de 2002, el índice Nasdaq composite de Nueva York perdió el 76,8% de su valor, al pasar de 5048,62 a 1172,06 puntos. La burbuja especulativa se pinchó y provoco la crisis de las "puntocom", una fuerte caída del valor bursátil de las empresas y las posteriores quiebras, fusiones y adquisiciones. 

En la segunda edición, publicada en 2005, Shiller incluyó un nuevo capítulo 2 dedicado a la valoración de los activos inmobiliarios ("The real estate market in historical perspective") en el que advirtió que se había formado una burbuja inmobiliaria en EE.UU.,  que tarde o temprano estallaría.  La buena marcha de la economía y los bajos tipos de interés hicieron crecer la concesión de hipotecas de alto riesgo, y la comercialización de productos financieros asociados (titulización hipotecaria). Pero poco después de publicar el libro, se asistió en 2006 - tras una período de política monetaria muy restrictiva de la Reserva Federal (subidas bruscas y elevadas de los tipos de interés nominales) - a un aumento de los impagos de las hipotecas, a una caída brusca de los precios de las viviendas en EE.UU. y, en última instancia, al colapso del mercado de la vivienda y al pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

Finalmente, en la tercera edición del libro, Shiller incluye un nuevo capítulo 3 sobre una perspectiva histórica del mercado de bonos ("The bond market in historical perspective"), en el que reflexiona sobre un nuevo problema financiero en el horizonte. En concreto, se muestra preocupado porque los precios de los bonos están en un nivel "irracionalmente" alto (o que los tipos de interés están en un nivel "irracionalmente" bajo) y que, en última instancia, se podría estar formando una burbuja en los mercados de deuda pública de EE.UU.. ¿Una tercera profecía que se cumplirá pronto?

En este vídeo reciente, Robert J. Shiller contesta en una entrevista a cuestiones relacionadas con el significado del término "exuberancia irracional", los factores que influyen en la formación de burbujas financieras y la situación actual del mercado de bonos (fundamentalmente de deuda pública):


La transcripción escrita en inglés de la entrevista a Robert J. Shiller puede leerse en el siguiente enlace.

En el siguiente enlace se puede leer más información sobre el significado del término "exuberancia irracional", explicado por Robert J. Shiller.

martes, 17 de febrero de 2015

El nuevo programa de flexibilización cuantitativa del BCE podría no tener efectos sobre la economía real


En colaboración con María A. Prats de la Universidad de Murcia


El BCE anunció en la reunión del Consejo de Gobierno del 22 de enero de 2015 la ampliación de su programa de compra de activos del sector privado, para incluir ahora bonos soberanos, en concreto, deuda emitida por administraciones centrales de la zona del euro, agencias e instituciones europeas.

Este programa ampliado engloba también al programa de compras de bonos de titulización de activos (ABSPP, en sus siglas en inglés) y al programa de adquisiciones de bonos garantizados (CBPP3, en sus siglas en inglés) iniciados en los últimos meses del año 2014. Las compras mensuales representan un total de 60.000 millones de euros. Se prevé que estas compras continúen al menos hasta septiembre de 2016 y, en todo caso, hasta que se consolide un ajuste sostenido de la senda de la tasa de inflación que sea compatible con su objetivo de mantener las tasas de inflación en niveles inferiores, aunque cercanos, al 2% a medio plazo.

El objetivo del programa ampliado de compras de activos privados y públicos es ofrecer un estímulo monetario a la economía de la zona del euro en un contexto en el que los tipos de interés oficiales del BCE están cercanos al 0%. Además con el programa ampliado se pretende relajar sustancialmente las condiciones monetarias y financieras, abaratando el acceso de las empresas no financieras y los hogares al crédito bancario y, en última instancia, impulsar la inversión productiva y el consumo de los hogares.

¿Pero este nuevo programa de flexibilización cuantitativa del BCE tendrá efectos sobre el crecimiento económico?

Algunos condicionantes impuestos en el programa ampliado de compras del BCE nos generan sería dudas sobre la efectividad del mismo para impulsar el crecimiento en la zona del euro:

1. El nuevo programa de flexibilización cuantitativa es muy limitado en su cuantía

En el gráfico adjunto (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande) se puede comprobar como el objetivo es inyectar 1,14 billones de euros adicionales hasta septiembre de 2016, lo que llevaría el balance actual del BCE (2,158 billones de euros, el 16 de enero de 2015) hasta 3,3 billones, ligeramente por encima del montante que mantenía en marzo de 2012 (3,023 billones de euros). En definitiva se trata de un programa de flexibilización cuantitativa o compras de deuda a gran escala (QE, en sus siglas en inglés) poco ambicioso, ya que supera ligeramente los niveles del balance del BCE de 2012, que fueron disminuyendo en 2013 y 2014 a causa de la devolución por parte de los bancos de los préstamos proporcionados por las operaciones de financiación a plazo más largo (VLTRO, por sus siglas en inglés). [1]


2. El nuevo programa de flexibilización cuantitativa es mucho más complejo, condicionado y limitado que los que aplicó la Reserva Federal de EE.UU.

En primer lugar, en lo que concierne a la distribución de las posibles pérdidas del programa, el Consejo de Gobierno decidió que tan sólo el 20% de las compras de activos serán cubiertas de forma solidaria. El otro 80% será cubierta por los bancos centrales nacionales. La falta de cohesión entre los países es manifiesta ya que parte de los riesgos no se mutualizan.

En segundo lugar, el programa ampliado se centra en la deuda soberana de los países de la zona del euro y de agencias establecidas en la zona del euro o instituciones internacionales o supranacionales (lo que incluiría al Mecanismo Europeo de Estabilidad, ESM, en sus siglas en inglés). Ello dejaría fuera a la deuda corporativa, a diferencia de los programas QE de la Reserva Federal de EE.UU.

En tercer lugar, las compras de activos se distribuyen entre los países de la zona del euro en función de la participación de cada país en el capital del BCE. La falta de solidaridad entre los países brilla por su ausencia.

Finalmente, las compras de activos del BCE se autolimitan a diferencia de los programas QE de la Reserva Federal de EE.UU. Por un lado, no podrán superar el 33% de la deuda en circulación del emisor y, por otro lado, no podrán superar el 25% de importe total de una emisión.

3. El nuevo programa de flexibilización cuantitativa puede proporcionar liquidez a la banca pero no quiere decir que impulse el crédito a empresas no financieras y hogares

Por un lado, el BCE defiende que este programa puede tener efectos en la economía real porque los bancos de la zona del euro pueden sacar la cartera de deuda pública de sus balances y utilizar la liquidez obtenida para conceder créditos a las empresas no financieras y hogares. Pero también podía destinarse la liquidez a devolver la deuda de las propios bancos o para volver a utilizar la facilitad de depósito del BCE, incluso a tipos de interés nominales negativos. Si los bancos no acaban transformando la nueva liquidez proporcionada por el programa ampliado de compras de activos es porque la presión para elevar la solvencia bancaria se mantiene con las normas de Basilea III y las normas más estrictas aprobadas por el G-20 para los grandes bancos de la zona del euro (problema de oferta de crédito).

4. El nuevo programa de flexibilización cuantitativa puede proporcionar liquidez a la banca pero topa con el excesivo endeudamiento de las empresas no financieras y hogares 

El endeudamiento de las empresas no financieras y de los hogares de la zona del euro es todavía excesiva. El problema es que nadie quiere pedir prestado aunque haya tipos de interés nominales bajos. Lo que desean las empresas no financieras y los hogares es continuar con el desapalancamiento, es decir, devolver la deuda acumulada en el boom económico (problema de demanda de crédito). 

En este sentido, la demanda de crédito no se recuperará mientras la demanda agregada, fundamentalmente el consumo de los hogares y la inversión privada no se recupere. Además, el propio BCE reconoce que sin una expansión fiscal centrada en un aumento de la inversión pública - lo que supone una relajación de parte de los ajustes fiscales impuestos en los últimos años- y sin reformas estructurales en las economías de la zona del euro, su programa ampliado de compras de activos podría fracasar en el objetivo de reactivar la economía de la zona del euro.

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[1] Las VLTRO fueron dos operaciones que aportaron inyecciones masivas de liquidez a la banca a tipo de interés fijo. La primera operación fue asignada el 21 de diciembre de 2011 y la segunda el 30 de febrero de 2012, con un importe de 591.531 y 489.191 miles de millones de euros, respectivamente. La utilización de estas operaciones con vencimiento a tres años, fue el instrumento que más impacto tuvo sobre la expansión de liquidez, provocando un alivio de las tensiones en el sector bancario. Sin embargo, esta medida no empujó a que las entidades financieras aumentaran el crédito al sector privado. Dicha liquidez fue destinada principalmente a las compras de deuda soberana, provocando con ello un alivio de la prima de riesgo. Sin embargo, otra parte, fue utilizada para depositarla en las cuentas que los bancos tienen en el BCE (facilidades de depósito), de manera que el dinero volvió, en parte, a manos del BCE. En definitiva, estas masivas inyecciones de liquidez supusieron un alivio de las tensiones en el sector crediticio, pero no resolvieron los grandes problemas de solvencia padecidos por las entidades de crédito, ni los desequilibrios que provocaban la inestabilidad de la Eurozona, ni la sequía de liquidez que sufría el sector privado.

sábado, 14 de febrero de 2015

La esperanza de vida al nacer en el mundo, 1960-2012


La base de datos World Development Indicators del Banco Mundial ha actualizado recientemente los datos de la esperanza de vida al nacer en el mundo para el año 2012.

En el gráfico adjunto (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande) se muestra la evolución temporal entre 1960 y 2012 de la esperanza de vida al nacer en el conjunto mundial, en China y en un conjunto de países avanzados, entre los que se encuentra España.


La esperanza de vida al nacer mundial ha pasado de 52,4 años en 1960 a 70,7 años en 2012. El aumento más espectacular de los países que aparecen en el gráfico es el China, ya que ha logrado aumentar la esperanza de vida al nacer de 43,4 años en 1960 a 75,1 años en 2012, aunque la mayor parte del impulso se realizó en la década de los sesenta del siglo XX.

España es el país de la Unión Europea con mayor esperanza de vida, con 82,3 años a finales de 2012, muy cerca ya de Japón, que registra 83 años. Nuestro país supera a EE.UU. y a Alemania, con una esperanza de vida al nacer en 2012 de 78,7 y 80,8 años, respectivamente.

¿Pero cuales son los problemas económicos que genera esta mejora en la esperanza de vida al nacer?

Esta tendencia de aumento de la esperanza de vida al nacer lleva aparejada un mayor gasto en sanidad y en cuidados y dependencia, y una posible insostenibilidad de los sistemas de pensiones públicos.

martes, 3 de febrero de 2015

¿Puede la Teoría de Juegos ayudar a entender las negociaciones entre Grecia y el resto de países de la zona del euro?


La teoría de juegos es una disciplina que estudia situaciones en las que es relevante la interdependencia estratégica, es decir, que el resultado para cada jugador depende de sus propias decisiones y de las decisiones de los demás. Ha sido aplicada, principalmente, en economía, pero ha tenido también un desarrollo amplio en gestión, sociología, psicología, filosofía, e incluso en biología evolutiva. En el caso de la Economía, la teoría de juegos inició su análisis formal en 1944 con el trabajo de John Von Neumann y Oskar Morgenstern, The Theory of Games and Economic Behaviour. Posteriormente, merecen ser citados por sus aportaciones centrales tres premios Nobel de Economía: John Nash, John Harsanyi y Reinhard Selten.

Dado que el nuevo gobierno griego ha basado su política electoral en el fin de la austeridad, y dado que el pago de la deuda supone una parte muy importante del PIB griego, las negociaciones para refinanciar la deuda pública de Grecia con la troika y con el resto de los países de la zona del euro, constituyen una baza ineludible para la credibilidad del nuevo Gobierno. Esta situación se puede analizar mediante la Teoría de Juegos.

Para sentar las bases analíticas habría que precisar algunos aspectos. En primer lugar, los jugadores son muy diferentes, mientras que Grecia supone el 1,9% del PIB de la zona del euro, el otro jugador representa, obviamente, el 98,1% restante, sin embargo los intereses de ese 98,1% no son homogéneos, no es lo mismo la posición de Alemania, incluso geoestratégica, que la de Bélgica. Este aspecto matiza algo la desigualdad entre los jugadores. En este sentido, son relevantes las visitas del primer ministro griego a los países que considera menos integrados en la política de austeridad como Italia y Francia, obviamente, tratando de debilitar al gigante. El segundo aspecto a considerar es que en esas negociaciones no solo se juega el juego zona del euro-Grecia, sino que el resultado al que se llegue, condiciona el resto de los juegos futuros zona del euro-resto de los países, además de enviar una señal a las poblaciones de estos países. Dependiendo del resultado final, la señal podría ser muy preocupante para países como España con partidos de extrema izquierda emergentes. Un tercer aspecto es el manejo del farol, con el que Grecia ha iniciado la partida, amenazando con salir del bloque Unión Europea-occidente y entrar en el bloque ruso-oriental. En mi opinión, esta amenaza no es creíble ya que al que la formula no le interesa cumplirla, pero una cosa es el interés del pueblo griego y otra la de sus gobernantes actuales, esperemos que no haya divergencia.

Por lo tanto, el problema tiene que ver con un complicado conjunto de negociaciones entre unas partes muy diferentes en cuanto a su capacidad negociadora y con intereses muy dispares. El problema mayor es que el resultado al que se llegue va a afectar, a largo plazo, a toda la política europea, incluso a la estabilidad de la Unión Europea y, en particular de la Unión Monetaria. Esperemos que, aunque sea por una vez, los políticos negociadores piensen en el largo plazo. Podemos especular a qué juego podrían jugar el gobierno griego y la troika a través de algunos ejemplos.

1) El juego de la gallina. Un camión de gran tonelaje y un turismo se dirigen hacia un puente de único sentido desde puntos opuestos. Si ninguno se desvía, chocarán. Puesto que los costes de la colisión son mucho mayores para el turismo, éste cederá el paso. 

Aplicación a Grecia y a la troika. Grecia y la troika suponen que la otra parte tiene mucho que perder si no cede. Los griegos podrían verse expulsados de la zona euro y no podrían financiar gran parte de sus servicios públicos y de sus pensiones. La troika perderían los cuantiosos préstamos concedidos a Grecia en los sucesivos rescates. A ambas partes les resulta fácil imaginar que la otra parte reaccionará primero y cederá a las demandas de la primera. Pero esto no ocurre.

Sin embargo, como recomendaba el general y filósofo chino Sun Tzu, 650 años antes de Cristo, hay que dejar una salida honorable al otro jugador, para que el resultado sea estable.

2) El dilema del prisionero. La policía detiene a dos hombres y los interroga por separado. No hay suficientes pruebas para condenar a ninguno, así que ofrecen un trato a cada uno. Si cooperan y testifican contra el otro, obtendrán la libertad y el otro irá a la cárcel. El único equilibrio posible de este juego es aquél en el que se delatan mutuamente y terminan condenados. Sin embargo, la noticia optimista en este caso, es que si el juego se juega muchas veces y no se conoce cuando va a terminar este juego, es posible una trayectoria de equilibrios en los que se colabora.

Aplicación a Grecia y a la troika. Si Grecia continua con el ajuste presupuestario y las reformas económicas impuestas con los rescates, los desequilibrios de la economía griega se corregirían gradualmente y se recuperaría una senda de crecimiento duradera y sostenible. Sin embargo, dado que el nuevo gobierno ha anunciado repetidamente su intención de no colaborar, Grecia y la zona del euro podrían acabar con una larga y todavía más profunda recesión en Grecia y la pérdida de la deuda en la zona del euro. Si plantean el juego como una larga partida con muchas jugadas, donde la zona del euro cede en algún aspecto y Grecia renuncia a su programa demagógico, se podría aliviar algo la situación del pueblo griego y no comprometer el futuro de la propia Unión Monetaria.

3) El dilema de la cena. Diez personas salen a cenar y dividen la cuenta a partes iguales. Cada uno decide pedir el plato más caro, aunque sólo sea marginalmente mejor que el más barato porque, cuando el coste adicional se divida entre diez, el importe final será insignificante. Sin embargo, si los diez llegan a la misma conclusión, acabarán pidiendo los diez platos más caros de la carta.

Aplicación a Grecia y al resto de países de la zona del euro. Hay que conseguir que el Banco Central Europeo imprima más dinero y lo emplee para comprar los bonos griegos. De esta manera, los griegos podrían aumentar el gasto público por la vía más barata. Además, el coste se distribuye entre los otros 17 miembros de la zona del euro. Evidentemente, esto que parece tener sentido individualmente, no soporta un análisis colectivo ya que, si todos hacen lo mismo, que lo harán, la dinámica de la deuda pública de los 18 países de la zona del euro se haría insostenible y el Banco Central Europeo no podría mantener el programa de compras. Es como si el menú que adquieren entre todos los comensales no pudiera ser pagado por ellos y tuvieran que pedir prestado para mantener sus alegrías, pero ¿quién se arriesga a prestar si no tiene la seguridad de que, partir de entonces, el consumo de platos tendrá en cuenta lo que uno tiene (produce) y está seguro de que va a recuperar el préstamo más los intereses?

Este último es el juego más peligroso desde el punto de vista de la estabilidad de la zona del euro y en el que los griegos podrían encontrar apoyos. Este juego pone, además, de manifiesto el gran déficit de la Unión Monetaria, que es la inexistencia de un presupuesto europeo con un control a nivel europeo de la deuda. Si la zona del euro lo acepta en la manera en que se está planteando, la inestabilidad a largo plazo estará garantizada.