El desempleo de larga duración en EE.UU. ha alcanzado cifras no conocidas desde que comenzará las publicación de las series históricas en 1948. En el gráfico adjunto (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande) se presenta la senda temporal desde enero de 1948 a junio de 2012 del porcentaje de parados que llevan menos de 5 semanas desempleados, 15 semanas o más desempleados y 27 semanas o más desempleados.
Como se puede observar en el gráfico, después de cada recesión económica (linea vertical gris), se registraba una caída continua y relativamente rápida del porcentaje de los desempleados de larga duración (27 semanas o más en el paro) mientras que aumentaba el porcentaje de los desempleados de corta duración (menos de 5 semanas en el paro). Este patrón no se siguió en las tres últimas recesiones registradas desde 1990 [1], pero ha alcanzado cotas alarmantes desde la última recesión económica de 2007-2009.
Con más detalle, el récord del porcentaje de parados de larga duración se había situado en junio de 1983 en un 26% y desde diciembre de 2009 no ha bajado del 40%.
El aumento del paro de larga duración en EE.UU. desde el inicio de la crisis económica de 2007 se ha asociado con el aumento de la NAIRU o de la tasa de desempleo estructural y se ha justificado fundamentalmente por dos factores: i) la mayor protección del subsidio de desempleo; ii) y el incremento en el desajuste de la cualificación de la mano de obra. [2]
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[1] julio 1990-marzo 1991; marzo 2001-noviembre 2001; diciembre 2007-junio 2009. Recesiones económicas según la metodología del NBER.
[2] Para más detalle véase Valletta y Kuang (2010), Weidner y Wiliams (2001) y Wiliams (2012).
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