miércoles, 26 de noviembre de 2008

La excesiva dependencia de las entidades bancarias españolas del sector de la vivienda les pasara factura



El principal elemento de preocupación sobre la evolución futura de la cuenta de resultados de las entidades bancarias españolas es su elevada dependencia del sector inmobiliario y de la construcción desde hace más de una década. En el primer gráfico adjunto, publicado por el Banco de España en el último número de la Revista de Estabilidad Financiera, se representa el origen del margen bruto (en %) por línea de negocio minorista de las entidades financieras españolas, británicas, y de la media de los países de la Unión Europea, antes (UE-15) y después de la última ampliación hacia el Este (UE-25). De las cifras se desprende claramente que a finales del 2007 la principal fuente del negocio bancario en el tramo minorista para las entidades españolas era el crédito hipotecario (55% del margen total). Estas cifras contrastan con la baja dependencia relativa del sector de la vivienda de la media de los países de la UE-15 (33% del margen), y sobre todo del Reino Unido (23% del margen). Como complemento a lo anterior, destacar que a finales de 2007, el saldo vivo de los créditos totales concedidos por las entidades bancarias españolas era de 1,7 billones de euros. De este total, 1,05 billones (el 61,8%) eran inversiones crediticias relacionadas directamente con el sector de la vivienda, distribuidos a su vez en 3 componentes:
  1. 600.000 millones de euros de créditos concedidos a los hogares para la compra de la vivienda (35,3% del total).
  2. 280.000 millones de euros de créditos concedidos a promotores inmobiliarios (16,5% del total).
  3. y 170.000 millones de euros de créditos concedidos al sector de la construcción (10% del total).
El tema puede resultar todavía más preocupante si observamos la cifras que aparecen en el segundo gráfico, donde se representa el peso relativo (en %) de la cartera crediticia de las entidades de depósito españolas que se han expandido en le territorio nacional (creando nuevas oficinas) desde 1984 a 2007.
Tanto el crédito hipotecario a familias para la adquisición de una vivienda como los créditos concedidos a los promotores y constructores tienen un peso relativo mayor sobre el conjunto de créditos concedidos en las zonas de apertura de nuevas oficinas (zonas de expansión) que en las provincias de origen (zonas tradicionales). Ello implicaría que el traumático ajuste del sector de la vivienda y de la construcción de la economía española se podría trasladar rápidamente a un cierre paulatino de oficinas bancarias en las zonas cuya expansión ha estado ligada al crédito inmobiliario.

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