En el primer gráfico adjunto (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande) se presenta la evolución (en tasa de variación interanual) para el periodo 1999-2009 de la productividad del trabajo (PIB por persona ocupada) del conjunto de los países de la zona del euro.
En el gráfico se observa una significativa caída de la productividad del trabajo de la zona del euro desde principios de 2007, alcanzándose tasas interanuales negativas desde el tercer trimestre de 2008 hasta el segundo trimestre de 2009. Estas cifras contrastan con el crecimiento medio anual de la productividad del trabajo del +1,3% en el periodo 2003-2006. Esta caída de la productividad del trabajo no es casual. La misma se debe a que se ha producido una mayor reducción de la producción que del empleo. A su vez, el menor recorte del empleo se ha generado por el alto nivel de protección de los trabajadores con contrato indefinido y al aumento de las reducciones de la jornada laboral apoyadas por numerosos Gobiernos de los países de la zona del euro.
El significativo descenso de la productividad del trabajo por persona ocupada observado en el conjunto de la zona del euro desde el tercer trimestre de 2008 esconde importantes diferencias entre países. En el siguiente gráfico se muestra la evolución reciente de la productividad del trabajo en la zona del euro por persona ocupada y las contribuciones en puntos porcentuales de las cuatro economías de mayor tamaño: Alemania, Francia, Italia y España. Como se puede observar la contribución de cada una de las cuatro economías al conjunto de la eurozona es claramente diferente: Italia, Francia y, en mayor medida, Alemania presentan contribuciones negativas de la productividad del trabajo por persona ocupada al conjunto de la eurozona, mientras que España registra una contribución positiva.
El aparente "milagro" de la economía española no lo es tal, y claramente esconde el comportamiento desigual del mercado de trabajo y del empleo doméstico. Como ya tuvimos ocasión de reseñar en una reciente entrada de Blog, los acuerdos de reducción de las horas trabajadas en Alemania (y en menor medida en Italia) han tenido un importante efecto en la caída reciente de la productividad del trabajo en estos dos países. Por el contrario, en España el aumento de la productividad del trabajo por persona ocupada se ha derivado de la inexistencia generalizada de estos planes de reducción de jornada laboral y del mayor ajuste relativo de las plantillas de las empresas. Finalmente, este último proceso de ajuste ha estado favorecido por la mayor proporción de contratos temporales/fijos vigentes en nuestro país respecto al resto de economías de la eurozona.
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