La economía alemana ha registrado durante la actual recesión económica una mayor contracción de su economía que el resto de países grandes de la eurozona (Francia, Reino Unido, Italia y España) pero ha podido -a diferencia de estos países- mantener la tasa de paro en niveles pre-crisis, tal y como se puede ver en el gráfico adjunto (hacer clic sobre el mismo para verlo más grande). En la presente entrada mostramos cuál es la razón principal de esta anomalía "aparentemente positiva".
Los datos del cuadro muestran como las cifras del mercado de trabajo son mejores incluso que los niveles previos al inicio de la crisis financiera internacional: i) El empleo total se ha situado en 40,697 millones de personas en octubre de 2009 frente a los 40,555 millones de personas a finales de 2008; ii) El total de desempleados alcanzó la cifra de 3,2 millones en noviembre de 2009, prácticamente la misma cifra que a finales de 2008; y iii) La tasa de desempleo se ha situado en noviembre de 2009 en el 7,6% de la población activa, ligeramente por encima de la registrada a finales de 2008 (7,4%).
Este comportamiento relativamente mejor del mercado de trabajo alemán no tiene ningún misterio. La principal razón de este excepcional comportamiento son los acuerdos alcanzados entre los trabajadores y los empresarios (apoyados económicamente por el Gobierno Federal) para ajustar las horas trabajadas a la coyuntura económica adversa. Los empresarios y los trabajadores prefirieron mantener la relaciones de trabajo existentes (no rescindir contratos fijos o temporales) a cambio de reducir la jornada laboral en términos de horas trabajadas semanalmente y de renunciar a parte de los beneficios empresariales y a parte los salarios. Detrás de estos acuerdos está la teoría del mercado de trabajo que defiende que a largo plazo puede ser más "costoso" para la empresa buscar trabajadores cualificados y que la fuerza laboral pierde progresivamente su cualificación a medida que pasa más tiempo en el desempleo. Paralelamente el Gobierno Federal ha compensado a las empresas y trabajadores con subsidios dirigidos a la reducción de las horas trabajadas (reducciones de las cotizaciones sociales y prestaciones parciales del seguro de desempleo).
En el cuadro adjunto se presenta los acuerdos alcanzados para la reducción de las horas trabajadas semanalmente en los principales sectores o empresas alemanas. A título de ejemplo, en el potente sector del metal de Alemania del Oeste se ha pasado de una media de 35 horas a 28 horas trabajadas a la semana. Y por ejemplo, a nivel de empresa, el Grupo Daimler (fabricante de los coches Mercedes-Benz) ha acordado con sus trabajadores una reducción del 8,75 % de las 37,5 horas de la jornada laboral media establecida antes de los acuerdos de reducción de jornada.
Estos programas de reducción de la jornada laboral pueden tener importantes ventajas a corto plazo en una situación de crisis. Las empresas con dificultades transitorias de demanda y problemas de liquidez pueden aprovechar la reducción de jornada para no despedir a sus trabajadores. Los trabajadores sufren una reducción en sus ingresos, pero ésta no es suficientemente elevada para "obligarles" a buscar un nuevo empleo. Finalmente, desde el punto de vista del presupuesto público, un programa de subsidios de reducción de la jornada laboral puede ser una alternativa más "barata" que pagar desempleo completo a los trabajadores despedidos.
No obstante, este sistema de acuerdos de reducción de la jornada laboral para evitar los despidos masivos en Alemania puede servir para "maquillar" las cifras de paro durante un cierto tiempo, pero impide el ajuste del mercado de trabajo a las nuevas condiciones de la demanda y oferta internacional y supone una pérdida de eficiencia de la economía en su conjunto. Adicionalmente, genera un aumento del gasto público insostenible a largo plazo si se convierte en estructural.
1 comentario:
Estas medidas creo que pueden ayudar a pasar mejor "el bache", pues aunque estoy de acuerdo con que en el largo plazo son un mero parche, pienso que en el corto son un remedio a una posible caída en el consumo (desconozco la importacia del consumo interno en el PIB alemán) pues no consume lo mismo un trabajador desempleado que otro con un puesto de trabajo. Además no tiene el mismo coste para el gobierno, pues no ve tan mermadas las arcas de la seguridad social (menos dinero destinado al subsidio por desempleo y más ingresos por cotizaciones).
Supongo que la diferencia cultural entre países también será un factor importante a la hora de adoptar estas medidas, y no sé si en España se hubieran aceptado.
Saludos
Juan Vte
Publicar un comentario